Ha sido uno de los rostros más notorios durante la pandemia. Cada día, cuando se celebraba la rueda de prensa del comité de gestión técnica en La Moncloa, ofrecía el parte de situación de la Operación Balmis, el mayor despliegue militar de las Fuerzas Armadas en territorio español en nuestra historia reciente.
Suya fue la célebre expresión «todos los días son lunes». Valga de metáfora para explicar la sostenida labor que vienen realizando los militares españoles en apoyo a los sanitarios y las instituciones que luchan contra el SARS-CoV-2, el maldito «bicho» del coronavirus.
Desinfecciones en hospitales, residencias o infraestructuras, traslado de cadáveres y ataúdes, vigilancia fronteriza, vuelos de transporte con material sanitario y un largo etcétera han sido algunas de las misiones que han desempeñado las Fuerzas Armadas en los últimos 71 días. Unas 20.000 intervenciones en total.
«Dedicamos todo nuestro esfuerzo a ayudar a los españoles y a salvar vidas. Y vamos a estar ahí siempre que se nos necesite. Estamos ahí porque España quiere. Formamos parte de la solución de los problemas, nos tienen que usar y tienen que saber cómo usarnos», enfatiza al concluir la entrevista con ABC, la primera que concede a un periódico.
Catalán nacido en La Galera (Tarragona), el general del Aire Miguel Ángel Villarroya Vilalta es jefe de Estado Mayor de la Defensa (Jemad) desde hace cuatro meses. Por tanto, es el militar de más alto rango tras Su Majestad el Rey. Anteriormente fue director del gabinete técnico de la propia ministra Margarita Robles y de su predecesora, María Dolores de Cospedal. Todo un símbolo en tiempos de división.
-General, ¿era difícil de prever?
-Pues sinceramente, sí. Aunque hay que matizarlo. En todas las estrategias, como la nuestra de Seguridad Nacional, y la de todos los países, el concepto de una pandemia está presente siempre. Lo que no fuimos capaces de prever de verdad es el alcance, la rapidez de expansión y la virulencia que tenía el coronavirus. Vivimos el ébola, donde las Fuerzas Armadas también estuvieron muy implicadas en cómo trabajarlo, pero una situación como ésta nos ha cogido a todos por sorpresa.
-Entonces, se tendrá que revisar la Estrategia de Seguridad Nacional…
-Revisarla siempre hay que revisarla y la actual es de 2017. Tendrán que concurrir sus procesos de modificación cuando le corresponda. Pero conceptualmente venía recogida una pandemia. Y afecta a todo el país, es decir, reparte tareas a todos los ministerios y no solo a las Fuerzas Armadas.
-Autocrítica.
-Tengo que hacer autocrítica y analizar cómo esto nos afecta a nosotros. En las Fuerzas Armadas tenemos que hacer una reflexión y lo estamos haciendo ya. Hemos partido de un plan de contingencia que teníamos hecho para una situación de pandemias, basado en el ébola u otra pandemia exterior que a nosotros nos podía afectar marginalmente. Teníamos un plan preparado pero no era un plan tan previsto. Ahora lo vamos a hacer. Mi directiva militar inicial ya está en confección y de allí va a derivar un plan operativo en el cual se contemple esta situación asumiendo todas las lecciones aprendidas de la Operación Balmis.
-Aún así, hay que reconocer que la actuación de las Fuerzas Armadas durante estos 71 días de Operación Balmis ha sido impecable y ha recibido el reconocimiento unánime de la sociedad y sin polémica partidista…
-Nosotros siempre estamos preparados para actuar en cualquier tipo de crisis y esa es una de nuestras grandes fortalezas. Aunque no tengamos una situación prevista, tenemos una organización preparada para afrontar cualquier eventualidad. Las Fuerzas Armadas son una herramienta fundamental para afrontar cualquier tipo de crisis. Tenemos una capacidad de actuación muy racional y sabemos cómo ejercer un mando y afrontar una situación complicada. Es para lo que nos entrenan toda la vida.
-¿Qué balance hace de la Operación Balmis?
-El balance siempre es trágico. No podemos decir que esto es un éxito, porque no lo ha sido. No podemos hablar de otra situación que no sea una tragedia nacional con más de 27.000 fallecidos en España [la entrevista fue el pasado martes]. Dicho esto, las Fuerzas Armadas hemos tratado de estar a la altura de lo que nos han requerido y hemos intervenido allí donde hemos hecho falta. ¿Balance? Estoy muy orgulloso de mi gente y de cómo se ha desarrollado la operación, pero hay que recalcar que esto es una tragedia nacional.
-¿Y a partir de ahora?
-Siempre hemos actuado a petición de las autoridades. Los requerimientos están bajando mucho. Hemos decidido que la Operación Balmis va a permanecer hasta que dure el estado de alarma pues cuando termine éste las Fuerzas Armadas podremos volver a nuestra estructura para las operaciones normales. Aunque siempre estará abierto el mecanismo de colaboración con la sociedad civil que tenemos en situación de normalidad. ¿Qué esto vuelve a repuntar? Tenemos preparado un plan de operaciones en caso de que se necesite activar otra vez. En 24 horas estaríamos listos para volver a actuar.
-Al principio hubo desavenencias con los gobiernos autonómicos del País Vasco y Cataluña… ¿Fue así?
-No… Vamos a ver. Desde el primer momento hemos activado un mecanismo de solicitud de apoyos y ayudas a través de las comunidades autónomas y las delegaciones del Gobierno. Yo no he percibido que hubiera habido algún problema a la hora de no hacer peticiones. Hemos funcionado sin ningún problema.
-Usted formaba parte de la rueda de prensa técnica que se activó en La Moncloa, junto a Policía Nacional, Guardia Civil y el Ministerio de Transportes. Hizo hincapié en sus comparecencias en los valores militares. ¿Cree que la Operación Balmis ha dado a conocer otras Fuerzas Armadas a la sociedad española?
-Otras Fuerzas Armadas, no. Siempre hemos estado ahí. No ha habido ocasión a ser expuestas al conocimiento cercano del ciudadano como ahora, pero siempre hemos estado ahí. Y preparadas para actuar en cualquier situación.
-Pero algún estereotipo se habrá derribado estos días en España.
-Habrá que verlo… quizá sí. Efectivamente hay gente que no ve a las Fuerzas Armadas como parte de la solución de un problema. Siempre ha visto a las Fuerzas Armadas con resquemor… nuestra Historia está ahí, es evidente. Pero en los países de nuestro entorno no es nada raro. Que no se haya visto antes en España, es posible. Pero esta es la normalidad.
-¿Se encontró cómodo con las ruedas de prensa diarias? Hay que decir que ningún militar antes había copado tanta cámara televisiva en la historia reciente de España.
-Sinceramente, no me encuentro cómodo porque no soy una persona a la que le guste la exposición pública.
-En sus mensajes apelaba a la unidad de la sociedad para vencer al virus. ¿Le preocupa el clima creciente de crispación que hay en la calle?
-Ahí no voy a opinar. Sinceramente no creo que me corresponda como Jemad opinar o entrar ahí.
-El peor momento.
-El pico de contagios, a finales de marzo y primeros de abril. Cuando desgraciadamente hubo que hacer traslados de fallecidos de un sitio a otro porque veíamos que se nos acumulaban. Estuvimos involucrados muchísimo en las tres morgues provisionales de Madrid. También cuando se entró en las residencias de ancianos y vimos el daño que la pandemia estaba produciendo. Son momentos emocionalmente muy duros.
-La ministra Robles dijo en un discurso en la morgue del Palacio de Hielo que ninguno de los fallecidos estuvo desasistido, que contó con la compañía de militares hasta el final…
-No hay que olvidar que los militares vamos de uniforme pero somos personas. Es decir, no somos ajenos a los sentimientos que tiene cualquiera. Como también me consta que el personal sanitario que se ha visto en esta situación tan trágica han puesto también cara y sentimiento a cado uno de los pacientes y les ha acompañado en ese trágico trance. Nosotros hemos puesto nuestro granito de arena como personas y como españoles para despedir a todo aquel que ha fallecido. Lo hemos hecho con todo el agrado del mundo.
-¿Cómo cambiarán las Fuerzas Armadas tras la pandemia?
-Más que un impacto en la estructura lo habrá en la mentalidad y en cómo tenemos que operar y reaccionar. Si nosotros cambiamos la estructura de las Fuerzas Armadas para reaccionar a esta situación particular estaremos luchando la guerra del pasado, y tenemos que prepararnos para luchar la guerra del futuro y tener las capacidades para adaptarnos. Esa debe ser la principal característica de las Fuerzas Armadas: la adaptabilidad a la situación.
-¿No se reforzará entonces la Unidad Militar de Emergencias (UME)? Por poner un ejemplo.
-Ahora mismo no veo la necesidad, porque la UME se ha mostrado perfectamente eficaz. Además, se han formado y han venido otros componentes de las Fuerzas Armadas a apoyar ese tipo de misiones en las cuales la UME estaba perfectamente formada. Y ese ha sido uno de los grandes éxitos: unidades sin esa especialidad inicial han servido de suplemento a la UME donde hizo falta.
-¿Teme que tras la pandemia surja el debate presupuestario de «mascarillas o cañones»… invertir en Sanidad o Defensa?
-Evidentemente la situación económica no va a ser fácil. Ni en España ni en el resto de países. No se trata de escoger entre una cosa u otra. La seguridad forma parte del bienestar. La sociedad española no puede escoger entre una cosa u otra. Tiene que tener las dos. ¿Qué es primero, la seguridad o la sanidad? Sin seguridad no podemos desarrollar la sociedad, no se puede evolucionar. Somos complementarios.
-El presupuesto de Defensa descendió un tercio en la crisis 2008-2014. Con qué porcentaje del PIB en inversión de defensa estaría tranquilo.
-No le puedo hablar ahora mismo de un porcentaje del PIB. Es un debate artificial: no es lo mismo gastar un 2% del PIB de Letonia, con todos los respetos por Letonia, que el 2% de Alemania. La cuestión es el esfuerzo que se realiza en defensa. Creo que ahora mismo no es momento de cuestionar la inversión que hay que hacer en defensa. Es una herramienta muy útil para la acción del Estado. Sería renunciar a unas capacidades que tenemos de una forma que no sería comprensible.
-Sus dos predecesores llegaron a advertir del riesgo que había de que «las Fuerzas Armadas se quedasen huecas y obsoletas». ¿Se encuentran las Fuerzas Armadas en una situación límite de operatividad?
-Desde 2008 a la actualidad soy consciente de cómo nos ha afectado la crisis. Los Presupuestos dedicados a sostenimiento de las Fuerzas Armadas (Capítulo 6) han bajado un 65 por ciento. Estamos hablando de dinero contante y sonante para sostenimiento de las Fuerzas Armadas. Evidentemente ha tenido un impacto bastante negativo. Debemos plantearnos globalmente la situación económica pero también la cuestión de qué Fuerzas Armadas queremos en el futuro. Tenemos que redefinir todo el proceso de determinación de capacidades militares y cómo llevamos a cabo el planeamiento de la defensa.
-El 30 de mayo debía celebrarse el Día de las Fuerzas Armadas en Huesca. ¿Se tiene previsto algún tipo de acto u homenaje similar?
-Desgraciadamente no estamos en disposición de celebrar nada. Ni nosotros ni nadie. El Día de las Fuerzas Armadas se ha suspendido. Lo que sí vamos a hacer es pasar esa jornada como un día de trabajo normal. Y tendremos una videoconferencia en el Mando de Operaciones para poner de manifiesto la actuación de las Fuerzas Armadas no sólo en la Operación Balmis sino en el resto de misiones en España y en el exterior. Será con unidades que están actuando sobre el terreno.
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