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El factor Wisconsin y el precio agresivo de Fincantieri, claves en el contrato perdido por Navantia en EE.UU.

Las malas relaciones entre Trump y Sánchez o la retirada de la Méndez Núñez tampoco ayudaron

El factor Wisconsin y el precio agresivo de Fincantieri, claves en el contrato perdido por Navantia en EE.UU.
Fragata «Méndez Núñez» F-104 /ARMADA ESPAÑOLA
Esteban Villarejo el

Duro revés de la Administración Trump al astillero público Navantia. Finalmente, la US Navy se ha decantado por el proyecto italiano de fragata clase FREMM como «modelo de diseño» para la futura serie de 20 nuevas fragatas de misiles guiados.

Aunque el contrato no contemplaba la construcción de las nuevas fragatas fuera de Estados Unidos, en caso de obtenerse sí hubiera prestigiado la marca Navantia en el mundo además de haberse embolsado la cantidad de unos 795 millones de dólares en concepto de diseño.
La opción española iba de la mano del astillero estadounidense General Dynamics Bath Iron Works para llevar a cabo su construcción final en Maine.

Se trata de uno de los principales constructores de buques de EE.UU. y en todo momento ha llevado el liderazgo de las negociaciones. El contrato de 795 millones de dólares contempla el diseño y la construcción de un buque de la serie de diez iniciales. En total, son 5.580 millones de dólares para construir en EEUU., por lo que Navantia nunca habría optado a ese contrato total. Solo a la parte proporcional de diseño.

Eso sí, si la alianza entre General Dynamics Bath Iron Works y Navantia hubiera ganado el contrato, éste hubiera sido la mejor carta de presentación del astillero español para poder construir fragatas tipo F-100 a terceros países en otros mercados. “El mismo diseño que la futura fragata de EE.UU., nada más y nada menos”.

 

Tres cazas F-18 del portaaviones Abraham Lincoln sobrevuelan la fragata española Méndez Núñez (F-104) en el mar Mediterráneo, el 9 de mayo, antes de dejar la misión junto al portaaviones / US NAVY

 

Fuentes conocedoras del proyecto consultadas por ABC consideran «extraña» o «con otros condicionantes más allá de los técnicos» la decisión estadounidense. «El diseño español se basaba en las fragatas F-100 de la Armada Española, que son las que mejor han integrado el sistema de combate Aegis, de Lockheed Martin, el cual se instalará en la futura fragata estadounidense; Navantia iba con uno de los astilleros punteros estadounidenses y tiene tecnología más que probada si lo comparamos con Fincantieri que nunca ha operado con el sistema Aegis en sus buques», explican.

Se apunta también al «precio agresivo de la oferta italiana» como un factor determinante, más allá de otros factores políticos que han inclinado la balanza hacia el lado de la filial estadounidense de Fincantieri. Esos condicionantes, por orden de importancia según se detallan, habrían sido:

1) Una decisión fundamental de índole doméstico, pues el astillero ganador Fincantieri Marinette Marine tiene su base en Wisconsin, un Estado con diez votos electorales, donde en las elecciones de 2016 ganó Donald Trump con tan sólo un punto de ventaja sobre Hillary Clinton. Por tanto, otorgar este gran contrato de construcción naval al Estado de Wisconsin refuerza las opciones de Trump de volver a ganar en ese estado el próximo 3 de noviembre. «El lobby que se ha hecho en este sentido desde Wisconsin ha sido determinante».

2) La relación entre los gobiernos de EE.UU. y España no atraviesa su mejor momento, precisamente la visita de Estado del Rey a Washington prevista para el 21 de abril tenía como objetivo limar asperezas con la Administración Trump, algo que se ha pospuesto por la pandemia del coronavirus.

 

Donald Trump, en la cubierta del USS Iowa cuando era candidato / REUTERS

 

3) La decisión española de retirar la fragata Méndez Núñez del grupo de combate del portaaviones Abraham Lincoln hace un año ha sido otro factor que «no ha ayudado» a la opción de diseño española, máxime cuando el gran objetivo de la Armada era poder interoperar con la US Navy durante ese despliegue para que pudiesen comprobar las cualidades técnicas del diseño de la fragata F-100.

Más allá de estos tres condicionantes «políticos», desde la prensa especializada de EE.UU. se apunta también al incidente de la fragata noruega Helge Ingstad, construida por Navantia y que se hundió por una cadena de errores de su tripulación. Las fuentes industriales consultadas informan que hubo ciertas informaciones que quisieron achacar a «errores de diseño» ese hundimiento, algo que ha quedado demostrado que no fue así. ¿Influyó esto último? No lo consideran como un factor determinante como sí ha sido el asunto Wisconsin o el precio.

 

Estado en el que quedó la fragata noruega KNM Helge Ingstad tras colisionar con el petrolero SOLA TS en aguas de Oygarden, en la costa oeste de Noruega, hoy, 8 de noviembre de 2018. EFE/ Marit Hommedal PROHIBIDO SU USO EN NORUEGA

 

Por su parte, fuentes diplomáticas estadounidenses quieren aclarar a ABC que “la Marina de EE UU realizó una competencia completa y abierta para el programa FFG (X) [como se conoce al de las nuevas fragatas]. El proceso de selección se realizó mediante un proceso de evaluación de mayor valor añadido. La selección se realizó de acuerdo con las leyes, reglamentos, políticas y los términos de la solicitud. El proceso de selección no consideró ningún factor no incluido específicamente en la solicitud”.

 

 

EspañaIndustria de Defensa
Esteban Villarejo el

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