España y Francia comparten en estos momentos las relaciones de defensa más estrechas en su historia reciente. Obviamente, además de compartir esfera de política de defensa en la UE y la OTAN, estas relaciones se basan en tres pilares principales en los próximos años:
- la amenaza compartida que proviene de la inestabilidad del Sahel
- la participación en el proyecto industrial FCAS, de avión de combate futuro europeo
- el reciente tratado de defensa firmado entre ambos países en la pasada cumbre bilateral de Barcelona.
Ucrania también es un asunto que une al eje de defensa Madrid-París. En este punto, se espera expectante, como el resto de aliados, la próxima contraofensiva ucraniana que permita a Kiev avanzar sobre el terreno e ir a unas futuras negociaciones con Moscú en posición de fuerzas. Al tiempo que se trabaja en la nueva coalición para formar pilotos de F-16, avanzar en una nueva ronda de sanciones al Kremlin y aprobar nuevos paquetes de ayuda militar.
Fuentes diplomáticas francesas destacan «la sintonía que hay en defensa con España». También se estima como una gran oportunidad la próxima presidencia española de la UE (1 de julio-31 de diciembre) para avanzar en asuntos como la autonomía estratégica europea en defensa. En este sentido, habrá una Cumbre de Defensa de la UE en Toledo a finales del mes de agosto (28-29 agosto). Además, en octubre, tendrá lugar el primer ejercicio de despliegue rápido de fuerzas de la UE.
«Esta autonomía estratégica ha de guiar nuestra estrategia a nivel europeo. No es una forma de proteccionismo, sino libertad de elegir para tomar decisiones de modo autónomo sin dejar de ser creíbles ante nuestros socios. Por eso la Brújula Estratégica europea que ha liderado el Alto representante Josep Borrell es una guía esencial. La UE y la OTAN deben ser complementarias. Corresponde a los europeos asumir su parte de la defensa del continente europeo», declara una fuente diplomática francesa, en consonancia con la Declaración de Versalles, que tuvo lugar el 10-11 de marzo de 2022.
Para Francia también es fundamental «tener una base industrial europea propia para reducir la dependencia […] la autonomía estratégica tiene que basarse en una base industrial propia y resistente». En este sentido el proyecto industrial FCAS es la columna vertebral: concierne a España, Francia y Alemania con Indra, Dassault Aviation y Airbus Defence como empresas tractoras.
La situación del Sahel, y en particular de Malí, país en el que se espera una reducción del contingente español el próximo año en el marco de la misión europea EUTM Malí y del cual fue invitado a irse Francia, que tenía su propia misión de combate después de que el Gobierno maliense le pidiese ayuda en 2013 para frenar el avance del yihadismo. Un doble golpe de estado que ha puesto en el poder a una junta militar afín a Rusia acabó por pedir el pasado año la salida de las tropas francesas.
Francia, por su parte, concentra sus esfuerzos en Chad y Níger, donde la UE ya ha lanzado una nueva misión militar de asistencia, denominada EU Military Partnership in Niger. Preocupa la penetración de mercenarios de Wagner en Malí, algo que todavía no se observa en Burkina Faso, de donde el ejército francés también fue invitado a irse.
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