Salvador Sostres

Las casualidades no existen pero en el caso del telfono mvil de Roger Torrent, presidente del parlamento de Catalua, slo en broma o por coincidencia azarosa puede haber sido incluido en una lista para espiarle, tal como asegura hoy una informacin de El Pas. Para espiar qu? Es el tipo ms inane, ms insustancial de Catalua. No tiene ninguna influencia en la poltica catalana, ningn poder en su partido; no se le conoce ninguna idea que no sea el afeitado de su barba, ninguna tendencia o corriente que no sea la de su narcisismo ni ninguna fuerza o empuje para convertir su postureo en ambicin y ya ni digamos en candidatura.Espiar a Roger Torrent es como espiar a un poleo menta. No hay en Espaa un tipo ms desconectado de su entorno ni menos consultado en las decisiones trascendentes. Si alguien de verdad tom en serio la decisin de espiar a Torrent, merece ser evidentemente procesado, pero no por delincuente sino por imbcil.Roger Torrent no es nadie, Roger Torrent no existe. Cuando ha hecho algo bien, como por ejemplo negarse a investir telemticamente a Puigdemont como presidente de la Generalitat, ha sido siempre por los motivos equivocados: la cobarda, el miedo, y nunca porque creyera que el hombre libre obedece la Ley por la fuerza de la Ley y no por la fuerza de los hombres. ste es Torrent: cuando acierta es por sus defectos.Monitorizarle es por lo tanto ms propio de independentistas que pierden el tiempo en guerras imaginarias que de la terrible maquinaria de un Estado maligno. A nadie en la vida se le habra ocurrido presentar o votar a Torrent para nada, y Esquerra prefiri hasta a Aragons como candidato, de tan poco carisma y tan fcilmente parodiable, porque saba que tras la barba de Torrent no haba nada.Un Estado tiene que tener espas y a los malos infiltrados. Pero lo de Torrent, en fin, yo es que slo puedo pensar que alguien tom nota del nmero de telfono equivocado.O bien -y siempre volvemos ah- es que tambin la Generalitat tena este programa de espionaje y quienes atacaron el mvil de Torrent fueron los convergentes. Recelos entre nulidades, pretendida guerra contra Espaa cuando no son ms que niatas tirndose del moo entre ellas.Cuesta de creer que el Gobierno se moleste en espiar a Roger Torrent. No cuesta de creer que la Generalitat convergente espe a sus tericos compaeros de lucha de Esquerra. La derrota del independentismo seguro que no ha sido casualidad, y cada vez que conocemos ms detalles de aquellos das, la provincia se revela ms y ms y mucho ms letal.

Salvador Sostres

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