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Blogs French 75 por Salvador Sostres

Sprinter/ Los chuches

Salvador Sostres el

Rajoy dijo “los chuches”, “los catalanes hacen cosas” y rechazó una pregunta en inglés: “venga sí, luego, luego”. Feijóo ha dicho “Sprinter” para referirse a Bruce Springsteen.

A Rajoy lo celebrábamos y reíamos con él porque sabíamos que estaba muy por encima del inglés, de las chuches y por supuesto de los catalanes; y que simplemente no se había tomado la molestia de pensarlo mejor. Feijóo da pena y nos reímos de él porque sabemos que está por debajo de su gazapo, y que tras practicar mucho no ha sido capaz de decirlo mejor: “Sprinter”. A Rajoy se le ve la clase, el haber nacido en Santiago y haber sido el registrador más joven de España hasta la fecha. A Rajoy se le nota el estilo, la seguridad, la confianza, y que su escena más querida de los años en La Moncloa fue ver a su padre pasar al fondo con el tacatá mientras él estaba reunido con Merkel.

Obama, Spielberg, Springsteen. Todos en Barcelona, todos en Amar, todos en Montserrat, todos en el museo Picasso. Barcelona, que es la segunda ciudad más importante de España, ha sido este fin de semana la capital del mundo. Y el jefe de la oposición, el señor que aspira a gobernarnos, todo lo que ha sido capaz de decir al respecto es “Sprinter”. Se le nota la aldea, el cuerno de cabra, las señales de humo. Se le nota el ensayo fallido, y el chisme aldeano, que quiso hacer más y no pudo. Hay algo imperceptible y es lo que decanta la suerte. No es el dinero, no son las marcas de los jerseys, no es ni siquiera el poder si es que lo tenemos. Hay algo sutil, un ritmo interno que depende de cómo te cogieron en brazos la primera vez, de conversaciones de los mayores que de niño no comprendiste pero se quedan en tu cerebro y luego con los años cobran todo el significado, y con él tu vida entera. Rajoy es la cena en tu casa de tus padres con amigos presidentes, notarios, médicos, y tú la espiabas desde la puerta de la cocina o la escalera, fascinado pot palabras y giros que aún no sabías qué querían decir pero las guardastes en tu mente para irlas saboreando con el tiempo. Feijóo diciendo “Sprinter” son los genios que nunca cenaron con su padre, la soledad tribal, la indiferencia. El blíster del supermercado, el chascarrillo cantonal, el juego de palabras de casino trasnochado. Feijóo encarna todas las debilidades de un hombre que tiembla en su inseguridad y nos hace temblar a todos de incertidumbre y de marginalidad.

En el colegio, mis amigos tenían vergüenza de que conociera sus padres, y yo tenía vergüenza de que mis padres conocieran a algunos de mis amigos. En esta diferencia fundamental, entre estar avergonzado de tus padres o valorar tanto su criterio que temes que se rían de según a qué amigo les presentes, y en esta diferencia, aunque de pequeño no la notes demasiado, está todo lo que somos de mayores, todo lo que proyectamos, la diferencia entre Rajoy y Feijóo sin poner en duda que Alberto es un tipo noble y que si llega a presidente será lo mejor que le habrá pasado a España en años.

Pero no puedo disimular lo que me gusta, lo que me pone. Rajoy es un genio en su disciplina, en su materia artística, un creador de espacios conceptuales nuevos que incluso a mí me sorprendieron. España con él era sobresaliente: a algunos les costaba de entender, pero lentos hay en todas partes. Con Feijóo me parece que “Sprinter” es la insalvable distancia que hay entre su caserío de tam-tam y el fin de semana en Barcelona de Springsteen, E.T. y los Obama.

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