Puentes de Palabras

Los resultados electorales son como el algodn del anuncio: no engaan. Y, a pesar de que hubo una especie de gran ensayo general el 28 de abril con un reparto de escaos que anunciaba con meridiana claridad inestabilidad poltica, el pasado 10 de noviembre los espaoles, en gran medida empecinados en seguir votando emocionalmente, no variamos significativamente el sentido de nuestro voto. Lo malo es que estbamos perfectamente advertidos de que en estas elecciones nos jugbamos algo ms que renovar las Cmaras: configurar la aritmtica parlamentaria que hara posible la investidura del prximo Presidente del Gobierno que habra de enfrentarse en la legislatura con una desaceleracin econmica en marcha y la crisis independentista catalana.Pues bien, en lugar de votar racionalmente para lograr un gobierno fuerte y estable que pudiera hacer frente a esos dos nubarrones polticos, nuestros emocionales votos han dado lugar a una situacin poltica ms compleja que la del pasado 28 de abril.En efecto, y aunque hablar de nmeros resulta tedioso, hay que sealar que hubo 6.752.983 espaoles que votaron al PSOE (a ste PSOE porque no hay otro) por parecerles la mejor de las opciones polticas, sin que les importara que Pedro Snchez hubiera copiado su tesis doctoral, que hubiera usado el Falcn oficial para sus viajes particulares, sus constantes mentiras y contradicciones polticas, as como el pelaje de sus compaeros polticos de viaje. Es decir, casi siete millones de espaoles consideraron a Pedro Snchez como el mejor candidato para gestionar nuestros intereses generales en los duros tiempos que se avecinan.Hubo otros 5.019.869 ciudadanos que votaron por el PP; 3.640.063 los que prefirieron a VOX; 3.097.185 los que se inclinaron por UNIDAS PODEMOS; 1.637.540 los que optaron por CIUDADANOS; y, finalmente, 577.055 votaron por MS PAS. Todos estosvotos sumados ascienden a 20.724.695 espaoles que repartieron sus votos entre los partidos y formaciones con implantacin en toda Espaa.Ahora bien, como el nmero total de votantes ascendi a 34.872.054, hubo otros 14.147.359 de espaoles que optaron por otros partidos de implantacin autonmica, cuando no provincial, como en el caso de Teruel. De los partidos y formaciones de este tipo, los propiamente nacionalistas-independentistas reunieron 2.296.005 votos repartidos entre ERC que obtuvo 869.934 votos; JUNTSxCAT que congreg 527.375; el PNV al que votaron 377.423; BILDU que recibi 276.519 y la CUP que recibi 244.754.Pues bien, los espaoles que votamos el pasado da 10 sabamos perfectamente que, debido a nuestra anmala Ley Electoral, el futuro gobierno de la Nacin y la Poltica general de Espaa iban a depender en buena medida de los escaos ocupados por esos los partidos localistas. Y sabamos tambin que de esos partidos localistas, los independentistas tienen como objetivo hacer saltar por los aires los principios constitucionales de la indisoluble unidad de Espaa y de la soberana nacional. Lo sorprendente es que sabiendo lo que antecede, votramos lo que votamos.Lo cual lleva a afirmar que, por mucho que pueda extraarnos y hasta dolernos, la Espaa de hoy es ni ms ni menos que como reflejan los resultados electorales. Nuestros cuarenta aos de democracia han desembocado en un pluralismo poltico excesivo que lleva en su interior el germen de la autodestruccin de nuestra actual convivencia democrtica. Y ello porque los espaoles de hoy han optado por la aberrante posibilidad de poner el futuro de nuestra Nacin en las siguientes manos: un PSOE errtico y pesebrista; un partido, UNIDAS PODEMOS, que es populista y chavista-madurista; tres partidos catalanes independentistas con dirigentes condenados por sentencia firme del Tribunal Supremo por los delitos de sedicin y malversacin de fondos, como ERC y JxC y una formacin antisistema que est al frente de los azotacalles de los CDR como es la CUP; y dos partidos vascos, uno, por el momento, nacionalista, el PNV, y otro filo-terrorista BILDU.Imagino que no sern pocos los espaoles a los que les ponga los pelos de punto el espantoso futuro que se nos anuncia. Pero creo que tampoco me equivoco si digo que hay otros espaoles que tal vez sean los ms- a los que les parece bien poner a nuestra querida Espaa en manos del desnortado PSOE actual y sus reseados compaeros de viaje. Lo que me parece que no puede discutirse es que la Espaa de hoy, quermoslo o no, es as .

Puentes de Palabras

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Reajustes y corrimientos actuales de los partidos políticos