José Manuel Otero Lastres el 07 feb, 2023 Es muy posible que, al valorar las cifras de paro que se publican cada mes, se caiga en la tentación de hacerlo desde una óptica puramente numérica: si subió o bajó en relación con el mismo mes del año anterior, o si la tendencia es positiva o negativa en relación con el período anual precedente. Sin embargo, a poco que se medite sobre las cifras del paro se comprobará que detrás de cada una de las personas que pierden su empleo hay un drama personal. La seguridad que existía, mientras se conservaba el trabajo, de percibir una remuneración fija al final de mes se convierte, cuando menos, en una doble incertidumbre: si se va a conseguir o no un nuevo empleo y hasta cuándo podrá soportarse la nueva situación de no contar con ingresos mensuales. La EPA (encuesta de población activa) registró en octubre 2,93 millones de parados y, en noviembre, 2,85 millones. A pesar de ser el país con la mayor tasa de paro, Trabajo no tardó en destacar que esas cifras demostraban los éxitos de su reforma. Sin embargo, los datos ajustados que acaba de publicar Eurostat demuestran que, en esos meses, el número de desempleados fue de 3,02 millones y 3,01 millones respectivamente; es decir, 173.000 parados más en noviembre, según revela El Economista. La diferencia entre las cifras oficiales y las europeas se explica en que los datos de la EPA no cuentan a fijos discontinuos que no trabajan como parados en los casos en los que, aunque mantengan el contrato, están buscando activamente otro empleo. Conviene advertir que la Oficina Europea de Estadística, más conocida como Eurostat, es la oficina estadística de la Comisión Europea, que produce datos sobre la Unión Europea y promueve la armonización de los métodos estadísticos de los Estados que la componen. Los mencionados ajustes del Eurostat a los datos ofrecidos por el Ministerio de Trabajo han vuelto a dejar en evidencia a Yolanda Díaz. Si el pasado mes la ministra aseguró que en España se registraron 2.837.653 de parados, la cifra más baja desde 2007 y un millón menos de 2019, lo cierto es que habría casi 180.000 desempleados más. No hay que hacer demagogia con un tema tan sensible como es el número de parados que tenemos. Pero tampoco hay que hacer triunfalismo sobre todo cuando las cifras han de ser ajustadas y lamentablemente aumentarlas. Es como hacerse trampas al solitario. Política Comentarios José Manuel Otero Lastres el 07 feb, 2023