José Manuel Otero Lastres el 24 mar, 2023 Esta es la entrada 1.500 en este blog: Las palabras que abren la conocida obra de Antonio Machado “Juan de Mairena” son: “La verdad es la verdad, dígala Agamenón o su porquero. Agamenón. Conforme. El porquero: No me convence”. Esta frase, tan conocida y tan empleada, ha sido interpretada en el sentido de que la verdad no depende de quien la diga. Y mucho menos depende de que la diga un gran intelectual, o una persona de escasa formación. Adán Brand añade: “Indica claramente que el «ser» de la verdad y la «fuerza» de la verdad, no tienen nada que ver con el «decir» de la verdad; que la verdad es independiente de quién la diga, y, sobre todo, independiente de las diferencias entre los hombres”. Viene esto a cuento porque circula por la red un discurso atribuido a Emmanuel Macron, cuando al parecer es en parte de Nicolás Sarkozy y fue pronunciado en campaña electoral 7 días antes de las presidenciales de 2007, de las que resultó ganador con un 53 % de los votos. Como considero muchas de las palabras que siguen muy ajustadas a lo que tengo por mi verdad, las voy a reproducir sin que me importe si son de un político francés o del otro: “Nos impusieron el relativismo: la idea de que todo es igual, lo verdadero y lo falso, lo bello y lo feo, que el alumno vale tanto como el maestro, que no hay que poner notas para no traumatizar a los malos estudiantes. Nos hicieron creer que la víctima cuenta menos que el delincuente. Que la autoridad estaba muerta, que las buenas maneras habían terminado, que no había nada sagrado, nada admirable. El slogan era VIVIR SIN OBLIGACIONES Y GOZAR SIN TRABAS… Quisieron terminar con la escuela de excelencia y del civismo. Acabaron con los escrúpulos y la ética… La crisis de la cultura del trabajo es una crisis moral. Hay que rehabilitar la cultura del trabajo. Dejaron sin poder a las fuerzas del orden y crearon una frase: se ha abierto una fosa entre la policía y la juventud: los vándalos son buenos y la policía es mala. Como si la sociedad fuera siempre culpable y el delincuente inocente. Defienden los servicios públicos pero jamás usan transporte colectivo. Aman mucho a la escuela pública pero mandan a sus hijos a colegios privados. Adoran la periferia pero jamás viven en ella. Firman peticiones cuando se expulsa a algún invasor, pero no aceptan que se instalen en su casa. Son esos que han renunciado al mérito y al esfuerzo y que atizan el odio a la familia, a la sociedad y a la república. Y con el mayor descaro se lucran de los bienes del Estado, y montan hasta negocios con el dinero mal habido a la vista de todos de la manera mas cínica. Hoy debemos volver a los antiguos valores del respeto, de la educación, de la cultura y de las obligaciones antes que los derechos. Estos se ganan haciendo valer y respetar los anteriores”. Otros temas Comentarios José Manuel Otero Lastres el 24 mar, 2023