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Blogs Puentes de Palabras por José Manuel Otero Lastres

Es erróneo equiparar democracia y mayoría parlamentaria

José Manuel Otero Lastres el

Hemos asistido a un durísimo enfrentamiento entre el gobierno y el principal partido de la oposición por el plantear por este último unas medidas cautelarísimas ante el Tribunal Constitucional para paralizar el ilícito procedimiento utilizado por el gobierno para reformar la legislación sobre el nombramiento de los magistrados del Tribunal Constitucional que han de sustituir a los que tienen su nombramiento caducado y actualmente prorrogado.
En ese enfrentamiento, miembros del gobierno, y altos cargos de las principales instituciones del Estado, además de realizar gruesas descalificaciones a magistrados de aquel Tribunal, vienen utilizando un argumento con una fuerza aparente que conviene depurar.

Dicen que el poder legislativo no puede ser controlado por el Tribunal Constitucional porque representa la soberanía popular y la voluntad del pueblo que soporta la elección de los diputados y senadores está por encima de todas las demás. Esto no es cierto.

Un repaso a la Constitución permitirá demostrarlo. En efecto, la Nación española es una persona jurídica pública que nació al mundo del Derecho por virtud de la aprobación de la Constitución Española de 1978. Según este texto jurídico, que es nuestra Ley de Leyes y por tanto es la Ley Fundamental de nuestro Ordenamiento Jurídico, la soberanía nacional del Estado social y democrático de derecho, denominado España, “reside en el pueblo español, del que emanan los poderes del Estado”. Por tanto, la soberanía de la Nación española constituida en Estado Social y democrático de Derecho, que se llama España, reside en el pueblo español y de él emanan los poderes del Estado.

No solo el legislativo, también el ejecutivo y el judicial. Así lo confirma, respecto al Poder Judicial, el artículo 117 de la Constitución, al decir que la justicia “emana del pueblo”, y que la aplican los jueces y tribunales. Y el pueblo del que hablan los artículos 1.2 y 117.1, ambos de la Constitución, es uno y el mismo: el pueblo español en su conjunto. El hecho de que sea el Congreso el que inviste al presidente del poder ejecutivo y de que el poder judicial aplique las leyes que elaboran las Cortes, no implica graduación alguna de los tres poderes del Estado porque emanan todos ellos de la misma soberanía que es la que reside en el pueblo español.

Para que se vea con claridad lo que quiero decir: lo que está por encima de todo es la Constitución, ésta tiene su fundamento en la soberanía nacional, la cual reside en el pueblo españo, la Ley de Leyes articula un sistema jurídico en el que hay tres poderes (legislativo, ejecutivo y judicial) que emanan, sin estar jerarquizados, todos ellos del mismo sujeto, que es el pueblo español. Por lo tanto, es erróneo equiparar democracia y mayoría parlamentaria. Lo democrático es, por el contrario, que cada poder actué en el ámbito concreto enmarcado en el sistema jurídico diseñado por la Constitución de 1978.

Política
José Manuel Otero Lastres el

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