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Entrevista al general Varela (JEME): “Nos veremos obligados a rediseñar las prioridades de adquisición de capacidades militares”

"El Ejército es una organización que pagan los contribuyentes. Y que por su organización, capacidad y vocación de servicio deben ser utilizadas"

Entrevista al general Varela (JEME): “Nos veremos obligados a rediseñar las prioridades de adquisición de capacidades militares”
Esteban Villarejo el

El general Francisco Javier Varela Salas (Puertollano, Ciudad Real, 1952) “y gallego de adopción” es el jefe de Estado Mayor del Ejército de Tierra (JEME).

En el primer mes de Operación Balmis unos 70.000 efectivos (a 17 de febrero) se han puesto al servicio del Mando de Operaciones que coordina el despliegue. Es decir, unos 2.100 militares al día de media.

«Protección, distancia social, teletrabajo y dos turnos de quince días para minimizar el efecto de la contaminación masiva en las unidades» son las reglas de oro que se han impuesto en el Ejército para «no perder capacidades operativas» por el coronavirus.

–¿Cuál está siendo la aportación del Ejército de Tierra a la Operación Balmis contra el coronavirus?

–Hemos ofrecido todas las capacidades que tiene el Ejército de Tierra sobre la base de cinco pilares: organización jerárquica que garantiza una inmediata respuesta; la capacidad de planeamiento sobre la base de un sistema de comunicaciones robusto; el despliegue territorial que es todavía muy amplio; la capacidad logística; y la voluntad de servicio.

–¿En qué misiones se están centrando?

–Tenemos cuatro áreas de misión, que nos marca la estructura operativa que lidera el Jefe de Estado Mayor de la Defensa (JEMAD). Apoyamos a Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado en varios cometidos; apoyamos al área de Sanidad, que es el centro de gravedad de nuestro esfuerzo; apoyo logístico; y apoyo social.

–¿El Ejército estaba preparado para una misión como esta?

–El Ejército se prepara para la misión más difícil que es siempre la guerra convencional. En la inteligencia que somos capaces de hacer frente a eso, también somos capaces de apoyar el resto de supuestos de la Estrategia de Seguridad Nacional, que contempla las pandemias como crisis que puedan poner en riesgo a la sociedad española. Nos hemos adaptado para hacer todo lo posible en beneficio de los ciudadanos.

 

El general Francisco Javier Varela, en su despacho del Palacio de Buenavista, cuartel general del Ejército de Tierra / ÁNGEL DE ANTONIO

 

–¿Hasta cuándo puede sostenerse un operativo como el actual?

–En este esfuerzo podemos estar indefinidamente. Tenemos un procedimiento de trabajo bastante flexible y capacidad de apoyar. Por tanto, lo que haga falta. No hay ningún problema.

–Y en la Unidad Militar de Emergencias también hay militares del Ejército de Tierra, aunque obviamente la estructura de mando es particular…

–La UME es una estructura conjunta que reúne a miembros de los tres ejércitos. Obviamente, por las misiones que tiene, la mayor parte de los componentes de la Unidad Militar de Emergencias proceden del Ejército de Tierra, casi todos del arma de Ingenieros. Dependen orgánicamente de la ministra de Defensa pero, como es el caso de la Operación Balmis, se integran en la estructura operativa cuando hay que hacer frente a una crisis de una entidad como la que estamos viviendo. La UME suele ser normalmente la punta de lanza de las Fuerzas  Armadas a catástrofes de este tipo.

–Sorprende ver a tanto militar con máscaras antigás, labores de desinfección… ¿Las unidades NBQ (nuclear, biológica y química) eran las grandes desconocidas del Ejército de Tierra?

–En realidad un gran desconocido es el Ejército de Tierra. Pero sí, efectivamente, dentro del Ejército de Tierra hay una serie de capacidades que no son muy visibles pero que siempre se han cuidado. Concretamente, la capacidad NBQ en el Ejército de Tierra empieza con la Escuela Militar NBQ, localizada en Hoyo de Manzanares (Madrid),  que es la referencia, también para la Armada y el Ejército del Aire. Luego, la mayor capacidad de experiencia se centraliza en un regimiento NBQ, con base en Paterna (Valencia), y luego las ochos brigadas del Ejército de Tierra cuentan en su estructura con una compañía NBQ. Se han utilizado todos los recursos disponibles para las tareas de desinfección.

–Entonces… el Ejército de Tierra es «un gran desconocido». Imagino que tras la Operación Balmis algo más se irá conociendo…

–Efectivamente, podría ser una lección aprendida en el ejercicio de este desastre: que la sociedad española conociese mejor a su Ejército de Tierra y sus Fuerzas Armadas en general. Espero que a raíz de este desastre surja un interés de la sociedad española por su Ejército y podamos conocernos mejor.

 

Instalación del puesto de socorro junto al Hospital Universitario Central de Asturias / ET

 

–El Mando de Ingenieros también tiene una labor central, con la instalación de infraestructuras como «hospitales de campaña», albergues… ¿Cómo explica su labor?

–El Mando de Ingenieros es más conocido al haber intervenido en diferentes catástrofes naturales. Tiene unas capacidades que son duales, militares con utilidad civil, que son de dos tipos: tendido de puentes como el montado en paralelo a la Operación Balmis en Montblanc (Tarragona) y construcción horizontal de campamentos o los llamados «hospitales de campaña», como se han referido los medios de comunicación. Empleamos módulos de campamentos que se han ido ajustando a la carta, en función de las peticiones y las órdenes que nos ha ido dando el Mando de Operaciones.

–Las residencias de mayores han sido uno de los grandes objetivos también.

–La UME se encargó principalmente de las desinfecciones, luego aparecimos el Ejército de Tierra reforzando las capacidades que se centraron en descontaminación al ser importantes focos de contaminación. Se han desarrollado 791 descontaminaciones en residencias de mayores por parte del Ejército de Tierra.

–Aclárenos. ¿Hay patrullas mixtas con la Guardia Civil o la Policía Nacional?

–En este momento no hay patrullas mixtas con la Guardia Civil o Policía Nacional pero se ha desarrollado y firmado un protocolo de acuerdo para organizarlas en cuanto sean necesarias y lo pida el Ministerio de Interior. Cuando la Guardia Civil o la Policía Nacional necesiten el refuerzo por parte de unidades del Ejército de Tierra. Pero en cualquier caso estamos colaborando en este momento con ellos en el tema de fronteras, compartiendo misiones en fronteras con Marruecos, Portugal y Francia, y también estamos compartiendo con ellos protección de instalaciones críticas en cinco provincias españolas. Las relaciones siguen siendo excelentes como han sido siempre.

 

Unidades de Legionarios prestan ayuda a la UME mientras desinfectan en el hospital Virgen de las Nieves Granada / EP

 

–Pero ha habido malestar del Ministerio del Interior.

–A mí no me consta. Seguimos manteniendo una relación de camaradería y compartimos los mismos problemas.

–Los militares siempre extraen «operaciones aprendidas» de cada misión u operación en la que participan. ¿Por el momento cuál es la gran «lección aprendida»?

–En este momento hay un equipo del Mando de Doctrina, encargado de este análisis, que está incorporado en el Mando Componente Terrestre de la Operación Balmis y ya nos marcan, como avance, la importancia que cobra el entorno terrestre y el despliegue territorial. Destacan también la importancia que va a tener la capacidad NBQ en el futuro.

–¿Qué le trasladan las unidades a pie de calle sobre la reacción ciudadana?

–Están muy agradecidas porque se encuentran reacción ciudadana de reconocimiento y apoyo. Estamos al servicio de la sociedad y para nosotros es positivo ver que somos apreciados. Me gustaría trasladar a la ciudadanía el agradecimiento por esas muestras de afecto que nos dan.

–Todo ello pese a las reticencias independentistas en Cataluña o también en el País Vasco…

–El Ejército es una organización que pagan los contribuyentes. Y que por su organización, capacidad y vocación de servicio deben ser utilizadas. Deben solicitarlas los ciudadanos. Utilizar todos los recursos de la nación para minimizar los efectos de una pandemia como la que estamos viviendo. En cualquier caso, nosotros desplegamos donde se nos ordena y no tenemos en cuenta la comunidad autónoma, provincia o comarca en la que desplegamos. Estamos al servicio de todos los ciudadanos. Estamos fuera de la confrontación política.

 

Montaje del Mando de Ingenieros del hospital de campaña en la pista de cubierta de Sabadell / ET

 

–¿Cómo afectará el coronavirus al Ejército de Tierra del futuro?

–Nos veremos obligados a rediseñar las prioridades de adquisición de capacidades militares. En lo que al Ejército de Tierra se refiere está claro que tenemos que dar mayor atención a la capacidad NBQ en prevención de pandemias, detección y resilencia. Esta pandemia tendrá efecto sobre el planeamiento del Ejército del futuro.

–¿Teme que el Presupuesto de Defensa se recorte aún más a pesar de la labor indispensable de las Fuerzas Armadas en esta crisis?

–Pienso que no. Está claro que las Fuerzas Armadas son una herramienta absolutamente necesaria para garantizar la paz y la seguridad de nuestras sociedades. Por eso las Fuerzas Armadas necesitan una financiación suficiente, previsible y estable consensuada por todos los partidos políticos con representación parlamentaria. Esta crisis lo que pone de manifiesto es que hay que pagar la póliza de este seguro e invertir para estar mejor preparados en el futuro. Además, la inversión sería una palanca más para el desarrollo económico que evidentemente va a necesitar España una vez que superemos la pandemia.

–Como militar, le molesta que algún ciudadano pueda pensar que la Defensa y sus Fuerzas Armadas sean un gasto «superfluo»?

–La Defensa es uno de los pilares fundamentales de la seguridad de España. Es uno de los elementos que nos permitirán garantizar la libertad y los derechos que tenemos recogidos en la Constitución. Si consideramos que estos derechos y principios merecen la pena, deberíamos pagar la póliza de seguros para garantizar que los vamos a tener a nuestro alcance. Personalmente apostaría por esa póliza de seguros.

–Como jefe del Ejército de Tierra, había puesto en marcha el proyecto de Fuerza 35, con el futuro vehículo blindado 8×8 como proyecto estrella. ¿Cómo influirá la crisis económica que vendrá en estos proyectos?

–El proyecto Fuerza 35 es un proyecto de innovación, basado obviamente en la financiación y creo que perfectamente asumible en el escenario post-coronavirus para reconstruir el tejido industrial de la nación. El 8×8, que es el proyecto avanzado, se va a construir en España básicamente. Por tanto, estamos aportando horas de trabajo a nuestra industria y oportunidades de investigación y tecnología. Es una inversión para futuro. Esperamos que antes del veranos estará firmado el contrato del nuevo vehículo 8×8.

 

Personal de la Brigada Extremadura XI en apoyo con el montaje de dos tiendas para test COVID-19 en el exterior del Complejo Hospitalario Universitario de Badajoz / ET

 

–¿La lucha contra el coronavirus es una guerra?

–En sentido estricto no lo es, pero lo que esta pandemia provoca en el ámbito sanitario, económico y social, tiene sentido que se asocie
la terminología militar a esta lucha. Pero nos afecta a toda la población. El coronavirus es un enemigo sutil y difícil de detectar y con tasa de mortalidad elevada.

–¿Qué mensaje le traslada a tantas familias confinadas en los hogares?

–Me gustaría transmitirles un mensaje de agradecimiento porque, al igual que los sanitarios, todas las familias confinadas son los verdaderos héroes de esta crisis. Les pediría esperanza. Creo que lo peor ha pasado.

–¿Cómo afectará el coronavirus al centenario de La Legión?

–Sigue en pie. Vamos a seguir cancelando las actividades programadas para antes del verano y, si la situación vuelve a la calma, esperamos reanudar las actividades previstas en septiembre para celebrar el centenario de esta unidad.

–¿Recibirá La Legión la «Laureada de San Fernando», la mayor condecoración militar nacional?

–Pues la verdad es que no lo sé. El expediente se depositó en el Ministerio de Defensa hace cinco años y ya es un tema que está en el nivel de la decisión política. A mí no me corresponde opinar ni decidir sobre este aspecto.

 

España
Esteban Villarejo el

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