Para quienes asistimos a la “road movie” de la SGAE ha quedado claro que la presidenta actual, Pilar Jurado, debe ser muy fan de Thelma y Louise. Es interesante este género que obliga a los protagonistas -y ella lo es en grado sumo- a dibujar un arco tangible de desarrollo de la personalidad, pegado al recorrido de sus aventuras o desventuras. Sin embargo, la curva dibujada por Jurado es muy preocupante. Llegó con las mejores intenciones, pero demasiado tarde. Y no aceptar esa situación fuera de plazo le ha costado muchos errores y también incomprensiones. Su obsesión por ganar tiempo y por tanto su peculiar forma de ofrecer una versión edulcorada de la situación de la entidad la ha llevado a mentir hasta el ridículo y a negociaciones para las que no tiene ni margen ni, seguramente, tiempo. Quién sabe qué habría sido capaz de hacer un año antes.
Ahora se enfrenta a la urgencia de convocar elecciones (a lo que se resiste para no soltar el mando) y a la segunda gran migración, la de septiembre. Es un secreto a voces que la mayor parte de los autores de audiovisual (guionistas, etc) ya tienen lista la carta de “adiós, muchachos” a la SGAE, que ellos deben presentar tres meses antes de dejar la entidad. Y DAMA, la sociedad escindida de SGAE cuando los cineastas dijeron “basta ya” a Teddy, funciona de maravilla, no para de celebrar el éxito de sus autores, sin gastarse en luchas intestinas ni reyertas al amanecer.
Hablando de nuevo de “road movies”, no sabemos si Pilar Jurado también será fan de “Camino a perdición”, otra de las grandes del género, pero lleva un rumbo que da mucho que pensar, un rumbo suicida según los observadores mejor informados (aunque sería sin el glamour del Thunderbird descapotable…). O también es posible que sea más de “Little Miss Sunshine” y todo acabe con tintes de comedia, que es un género que también aprovecha mucho a la SGAE. Depende del sentido del humor con que tomemos la situación, grave sin duda, de una entidad centenaria que vive sus momentos más críticos en los últimos años. ¿Sin más salida que la huida hacia adelante?
¿Para qué quiere volver Teddy a la Junta?
Tal vez ese vértigo explique el pequeño paso nostálgico que se producirá hoy. Teddy Bautista tomara posesión como miembro de la Junta Directiva, una entrada provocada por la dimisión de un juntero asociado a la ya célebre “rueda de las TV”, el bajista Fernando Illán. Corre la lista y Teddy, que está fuera desde 2011 y que el año pasado concurrió de nuevo a las elecciones, aunque se quedó en las puertas de entrada, ingresa automáticamente. ¿Para qué?
Esa es la mejor de las preguntas. Nadie puede negar al músico canario una experiencia casi inabarcable, que no tiene parangón en la SGAE. Ha sido el nombre internacionalmente reconocido como referente de los derechos de autor en España -llegó a presidir la Cisac, la asociación de entidades de la que ahora han expulsado a SGAE- y fue, desde luego, el presidente todopoderoso de la entidad en un momento en el que el poder cultural se definía con el ritmo que él imponía en España. Qué hizo con ese poder es otra discusión, problemática, que aún tiene pendientes unas vistas judiciales en la Audiencia Nacional y sobre la que se puede discutir todavía.
¿Moción de censura?
Pero a qué viene. No creo que sea a protagonizar un episodio de “Qué pasó con” de Consuelo Berlanga (lo de la SGAE está más cerca ahora del “waku waku”). Pero sin duda, en los momentos en los que todo está -casi- perdido nada tiene más valor que el criterio, y Teddy, desde luego, tiene uno. Su experiencia y el “infierno” judicial que ha tenido que asumir le colocan como uno de los observadores probablemente más destacados y amargamente lúcidos de lo ocurrido en los años de “la rueda”. A lo mejor su llegada provoca una cuestión de confianza o incluso una moción de censura a Pilar Jurado. Así están las cosas. Que parece que se está contagiando la SGAE del bloqueo político, cuando lo que necesita es, con mucha mucha urgencia, cada vez más apremiada, regenerarse o abrirse en canal para que la regeneren por cirugía.
¿Qué pensará? ¿Qué habrá pensado Teddy mientras lamía sus heridas y veía desmoronarse no solo sus megalómanos sueños sino la columna vertebral de la SGAE? Debe tener muy claro para qué sirve su presencia en la Junta, si no no entraría. Debe tener una idea de dónde está la salida de la crisis. Y Pilar Jurado está temblando, eso es posible percibirlo desde fuera, ante ese nuevo invitado. Si no por qué será que no ha convocado la Junta desde la Asamblea de la que hace ya más de un mes, cuando en los últimos 6 meses ha habido al menos 6 juntas (todas con sus dietas, claro, que los abollones de la crisis le salen a la SGAE más cara que un siniestro total). ¿Qué armas usará Pilar Jurado para compensar el cambio de imantación que va a sufrir la Junta, eso está claro, con la llegada de un personaje tan decisivo, que provoca tantas filias como fobias? Ya hay movimientos.
¡Sweet home, Alabama!
En los últimos días Jurado ha puesto la guillotina a su propio “dram team”, se ha cargado a su jefe de gabinete. Pero antes realizó uno de los volatines más dudosos de toda la crisis al nombrar a un miembro de la Junta y el Consejo de Dirección como directivo “digital” (a dedo) de la SGAE. El editor Clifford Williams se tuvo que salir del Consejo que lo elegía porque no quedaba bonito. Accede a un puestazo lleno de poder y gestión de fondos: director de reclamaciones, el encargado de controlar el “pendiente de identificación”, toda la música que ha generado derechos no se sabe para quién, todavía, y ese dinero es muy útil para gestionar la SGAE mientras no se identifica el destinatario legítimo. Al propio Teddy le sirvió para montar su inmenso proyecto de Teatros y propiedades… No es la primera vez, según cuentan, que Williams recibía la oferta de ese puesto con unos emolumentos envidiables, y para cuyo nombramiento se ha saltado toda la promoción posible de los trabajadores “técnicos” de la SGAE. En la época de Sastrón, me cuentan, se oía la posibilidad de que accediera a ese puesto, como mero rumor.
En todo caso, el nombramiento ha sido tan notoriamente conflictivo que ha provocado la salida inmediata por dimisión de la directora de Recursos Humanos, que había sido nombrada por Pilar Jurado. Y para suplir a Williams en sus antiguos cargos entra Javier Briongos por el colegio de Editores. Y estará en la Junta y en el Consejo de Dirección, por la misma editorial de Clifford, Alabama. Todo queda en casa, ¡sweet home Alabama…!
En los días previos a la llegada de Teddy, se ha estado negociando a varias bandas la separación de las bolsas, que es como la separación de las aguas del Mar Rojo de Moisés pero con el dinero recaudado por la SGAE, y que consiste en no juntar lo que viene de música con lo del audiovisual, una práctica poco transparente que dio lugar a muchos de los entresijos conflictivos en la SGAE. El peso del audivisual es el as en la manga, y sobre todo, como siempre, el de la Rueda en su eje nocturno, que todo lo recauda sin audiencia ni publicidad, gracias a la varita mágica de las Televisiones que programan a “sus autores” y solo a ellos, aunque reciben tarifa plana por usar todo el repertorio.
La solución, en las próximas horas. Seguiremos informando…
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