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Blogs Un poco de silencio, por favor... por Israel Viana

Avishai Cohen: «Supe que tenía talento para el jazz a los diez años»

Avishai Cohen: «Supe que tenía talento para el jazz a los diez años»
Avishai Cohen comenzó a tocar la trompeta a los ocho años
Israel Viana el

Con tan solo diez años, Avishai Cohen ya tocaba la trompeta en dos big bands y una orquesta de vientos en Tel Aviv. No le habían hecho falta ni dos años —desde que les suplicara a sus padres que le apuntarán a clase, rebelándose como el verso suelto de una familia en la que todos sus hermanos tocaban el saxofón— para despuntar en «un instrumento que requiere tanto a nivel físico como este». «Creo que siempre supe que tenía un talento especial para el jazz, una rápida comprensión de la música. A los diez ya sentía el jazz y sabía cómo tocar bien», recuerda el protagonista.

Tanto es así que, nada más cumplir los 12 su profesor le incluyó en su banda de dixieland, donde tocaba con músicos mucho mayores que él temas clásicos como «Ain’t Misbehavin» y «Do You Know What It Means to Miss New Orleans?». El pequeño de los hermanos Cohen se zambullía en los orígenes del jazz sin apenas levantar un palmo del suelo: en el jazz de la época de Woodrow Wilson, de la segregación racial institucionalizada, de las leyes antijazz promulgadas por algunos estados y de los titulares en el «The New York Times» calificando al género como «la música de los salvajes».      

«Creo que me beneficié toda mi vida de aquella temprana introducción en el jazz y de la experiencia de tocar tan joven en una sección de vientos. Siendo parte de todas aquellas orquestas aprendí rápido a cómo tocar en el tono y el tiempo correctos, cómo seguir al director, cómo seguir los ritmos del resto de la sección, cómo priorizar lo que debes hacer en cada momento y a responder a preguntas tan importantes como: ¿cuál es mi papel en esta formación?, ¿soy el líder o debo tocar de fondo?», explica el músico israelí afincado en Nueva York, al que el mismo «The New York Times» definió hace no mucho como «un trompetista obligatorio, con un talento inmenso y un gusto exquisito por el modernismo».

En los últimos años, otros medios respetados estadounidenses le han descrito como «uno de los mejores trompetistas de su generación» o «un genio semioculto en la sombra con aspecto de gurú maharishi». Artículos todos ellos en los que era comparado —«y me siento muy halagado, por supuesto, porque es uno de mis héroes»— con nada menos que Miles Davis. «De todas formas, no estoy muy seguro de dónde viene esa comparación, pero me gusta porque lo primero que te llega de Miles cuando lo escuchas es su sonido y su actitud. No importa lo que él tocara, siempre te llegaba directo al corazón. Y esa mezcla de actitud y sonido propio ha sido siempre mi modelo a seguir, un aspecto que considero más importante que todos los demás», asegura Cohen que, sus 40 años recién cumplidos, se apresura a citar otras influencias «importantes» en su vida: Chet Baker, Art Farmer, Dizzy Gillespie, Don Morgan o Clifford Brown.

Desde aquellos primeros pasos de niño, Avishai Cohen fue cubriendo las expectativas, paso a paso, hasta la publicación el año pasado de su noveno disco como líder: «Cross My Palm With Silver» (ECM, 2017). En la adolescencia entró en la Orquesta Filarmónica Israelí y se recorrió el mundo varias veces, después recibió una beca completa en la Berklee College of Music de Boston, más tarde obtuvo el tercer puesto en el prestigioso concurso Thelonious Monk Jazz y, con la carrera en la pista de despegue, colaboró en directo con Red Hot Chili Peppers.

«No me importa si toco más o menos jazz. No suelo etiquetar las cosas, eso se lo dejo a otros. Yo cojo lo que me gusta. Esta mañana, por ejemplo, me he levantado con Sasha Argov, el famoso compositor nacido en Rusia, pero criado en Israel, que modeló la música israelí con esa visión y ese estilo tan particulares. Me apetecía y me he puesto a escucharlo sin plantearme si es de mi mundo o no», cuenta este trompetista que comenzó muy joven a sumergirse en el terreno del be-bop y la improvisación, pero que insiste en añadir otros gustos dispares como Bob Marley, Bjork, Camarón de la Isla, James Blake, Radiohead, REM, Sly & The Family Store, Stevie Wonder, Led Zeppelin, Bach, Serguéi Rajmáninov, Jimi Hendrix o Jay C.

«Esto no se trata de: “¡Oh, mírame, soy genial y por eso todo está funcionando bien!”. Todo puede cambiar en un segundo. Solo seguiré teniendo éxito si la gente sigue viniendo a mis conciertos, algo que nunca se puede dar por sentado. Hay mucha competencia y grandes músicos ahí fuera. Yo, de todas formas, estoy muy agradecido con lo que tengo», advierte Avishai Cohen, que actúa este sábado en el Café Berlín de Madrid y el miércoles 9 de mayo en el Teatro Principal de Puerto Real (Cádiz).

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