José Manuel Otero Lastres el 05 ago, 2016 Fue Ortega y Gasset quien censuró el viejo vicio de los malos predicadores que consistía en inventarse un maniqueo, poner en su boca argumentos difíciles de defender, para regodearse seguidamente en rebatirlos. Algo parecido está sucediendo con la actual ejecutiva del PSOE. Se inventan una España catastrófica: la de los recortes y la corrupción, le imputan todos esos males al “malvado” Rajoy, y justifican el veto bloqueante a su investidura como presidente del Gobierno en esa supuesta autoría. Sobre la corrupción, y que no se trata de un fenómeno exclusivo del PP, sino que hay numerosos episodios ya desvelados en los que los protagonistas son del PSOE, he escrito lo suficiente en ocasiones anteriores, por lo cual me voy a centrar exclusivamente en la supuesta “España de los recortes de Rajoy”. Es un hecho innegable que España sufrió un severa crisis económica, cuyo comienzo suele situarse a mediados del año 2007 cuando tiene lugar la crisis financiera de las hipotecas subprime en Norteamérica. Es otro dato indiscutible que en el debate electoral que mantuvieron en televisión Solbes (PSOE) y Pizarro (PP) el 21 de febrero de 2008, este último anunció la llegada de la crisis, la cual fue negada (hasta con la infantil postura de no nombrarla) por el PSOE ganador de aquellas elecciones. Y, finalmente, tampoco es discutible que los primeros recortes que se produjeron como consecuencia de la crisis los hizo el ex presidente Zapatero entre finales de 2010 y finales de 2011. Esto último lo recuerda en su artículo hoy en La Voz de Galicia mi antiguo alumno el Profesor Blanco Valdés (en su artículo “¿Está España para enfrentar derecha e izquierda?”) quien afirma textualmente: “Pero lo cierto es que más allá de la retórica, ajustes de mayor o menor intensidad han sido promovidos por los dos grandes partidos españoles cuando lo han exigido las circunstancias sociales o económicas. ¿O es que ya nadie recuerda en el PSOE el ajuste de Zapatero entre mediados del 2010 y finales de 2011? ¿Se han olvidado todos los socialistas de aquella reconversión industrial de caballo decida por González poco después de ganar las segundas elecciones?”. Así que visto lo que antecede, vuelvo a insistir en que el no de la actual ejecutiva a la investidura de Rajoy en lugar de la necesaria abstención –al menos en numero suficiente para que haya investidura- o esconde algo (una jugada parecida a la de Antonio Costa en Portugal) o es una disculpa con la que se quiere disfrazar el rencor, el odio, y hasta el narcisismo del señor Sánchez. Otros temas Comentarios José Manuel Otero Lastres el 05 ago, 2016