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Ucrania y la mediación de Turquía

Ucrania y la mediación de Turquía
Jorge Cachinero el

Turquía está intentando reforzar su papel como mediador en el conflicto, que sigue su curso, entre Estados Unidos (EE. UU.) y Rusia, en el este de Europa, con Ucrania como apoderadaproxy, en inglés- de los primeros, y al que EE. UU. ha arrastrado a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y a la Unión Europea (UE).

De hecho, Turquía facilitó, en Estambul, el 29 de marzo de 2022, una reunión entre los equipos de negociadores rusos y ucranianos para entablar conversaciones de paz directas, cuyas sesiones fueron abiertas por el presidente de Turquía mismo, Recep Erdogan, lo que le confirió a Turquía el reconocimiento, por ambas partes, de que ésta se encontraba en una posición, o, al menos, así era percibida por los gobiernos de la Federación Rusa y de Ucrania, de neutralidad en la guerra en Ucrania.

Erdogan (c) y negociadores de Rusia (i) y de Ucrania (d), Estambul, 29 de marzo de 2022

El dilema al que Turquía podría haber tenido que hacer frente en este conflicto, mientras dos aliados importantes suyos -EE. UU. y la OTAN, por un lado, y Rusia, por otro- se enfrentaban en una guerra devastadora, parece haberlo sorteado ya que, al ser miembro de la OTAN, Turquía sigue suministrando armas a Ucrania, mientras que, al tiempo, Turquía se niega a imponer sanciones económicas a Rusia, con la que comparte una agenda de intereses y de rivalidades comunes en muchas regiones del mundo.

Los avances a los que parecieron haber llegado las partes negociadoras en Estambul, en marzo, fueron saboteados por Biden y su equipo y por el primer ministro, en estos momentos, interino, del Reino Unido, quienes forzaron a Zelensky a que rechazara cualquier posible entendimiento con Rusia, ya que, en este conflicto, el objetivo estadounidense es desgastar y desestabilizar, militar y económicamente, no se sabe, con claridad, hasta qué punto, a la Federación Rusa.

La realidad es la que las negociaciones entre las partes fueron suspendidas, por lo menos, formalmente, sin que, por ello, Biden y su equipo, el Reino Unido y la UE hayan conseguido acercarse, ni lo más mínimo, a la consecución de sus propósitos, sino que parezca, por el contrario, que estén abocados, peligrosamente, al momento en el que Rusia podría conseguir sus objetivos militares y políticos en Ucrania y en el que Occidente podría precipitarse a una crisis económica, energética y alimentaria de dimensiones bíblicas.

Asimismo, Turquía, en la actualidad, está comprometida en encontrar una solución a la crisis alimentaria que vive el mundo ante la escasez de grano y de semillas de origen ruso y ucraniano.

Campo de trigo ruso

Dos son las razones obvias del comportamiento diplomático de Turquía durante esta situación tan compleja.

Por un lado, Turquía es un país con una costa y un papel decisivos en el Mar Negro, al que el conflicto en Ucrania -con el riesgo de su extensión regional potencial- le afecta directamente de forma muy negativa.

Sin duda, los bloqueos a las exportaciones y a las importaciones de granos y de aceites vegetales de origen ruso y ucraniano están creando una situación económica muy grave en Turquía, dónde, en 2023, el presidente Erdogan buscará renovar su mandato a través de unas elecciones presidenciales en las que la economía será el asunto central de la campaña y el motor de las decisiones de voto de los turcos.

Además, Turquía tiene el privilegio de preservar la seguridad de los estrechos del Bósforo y de los Dardanelos -que conectan el Mar Negro con los mares Egeo y Mediterráneo y que separan a la Turquía asiática de la europea-, de acuerdo con la Convención de Montreux, que, desde su firma, en 1936, en esa ciudad suiza, vecina de Lausanne, retornó aquella zona al control militar de Turquía, a la que se le encomendó, de forma complementaria, la responsabilidad de permitir el tránsito libre, a través de dichos estrechos, de barcos mercantes, en tiempo de paz, y de cerrarlos a la navegación de buques militares, en tiempo de guerra.

Estrechos del Bósforo y de los Dardanelos

La segunda razón del interés de Turquía para mediar en el conflicto de Ucrania tiene que ver con el nivel de cooperación fructífera al que sus relaciones bilaterales con Rusia han llegado durante las últimas décadas.

Esta integración e interdependencia entre Turquía y Rusia es compleja y abarca un listado de asuntos variados que incluyen la colaboración profunda que ambas naciones mantienen en el sector energético, el hecho de que Rusia sea el suministrador más importante de trigo y de grano de girasol para Turquía o el que las playas turcas sean el principal destino turístico para la población rusa.

El conflicto de Ucrania tensiona y socava esa relación con Rusia, que está siendo tan beneficiosa para Turquía.

Hasta el momento, Turquía no ha conseguido solucionar los problemas existentes entre las partes.

Sin embargo, Turquía está haciendo un esfuerzo para proponer alternativas temporales -corredores para la salida de trigo de Ucrania o garantías para la navegación de los buques provenientes de puertos rusos y que transporten trigo o aceites vegetales- que alivien un conflicto con implicaciones globales, dado que Rusia y Ucrania son los proveedores del 30% del trigo que se consume en todo el mundo y del 60% de los aceites vegetales que se exportan globalmente.

El bloqueo de los puertos ucranianos y las dificultades y los riesgos para la navegación, a través del Mar Negro, de barcos provenientes de puertos rusos están creando una crisis alimentaria, por escasez de productos y, por extensión, de aumento de precios, adicional a las ya desatadas sobre las materias primas energéticas.

El plan original de Biden y de su equipo de quebrar la economía y de derrotar militarmente a la Federación Rusa y, con ello, conseguir arrodillar al país más grande del mundo y con mayor número de cabezas nucleares del mundo ya está causando un efecto retroceso de consecuencias inimaginables en aquellos países que colaboraron en haberlo puesto en marcha.

Turquía está pugnando por limitar algunas de las secuelas de dicho impacto inesperado.

 

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