Lecciones que he aprendido escribiendo sobre entrenamiento físico

Los peligros de escribir sobre algo que te gusta es que hay un conflicto constante entre lo que uno desea y la cruda realidad. En mi caso hace algo más de diez años viví personalmente las consecuencias del sedentarismo y de una mala alimentación. Quizás estés pensando que me hartaba a pizzas y estaba todo el día en un sofá, pero lo más grave es que no era así. Yo estaba apuntado a un gimnasio, como tanta gente, pero además lo utilizaba dos o tres veces por semana para hacer largas sesiones de elíptica empapando mi camiseta. Tampoco me ponía morado de comida basura. Sabía que no comía bien, pero eran pequeños excesos, todos justificables dentro de una vida con prisas y compromisos sociales.

Cuando has dado un giro importante a tus costumbres y descubres la diferencia entre el antes y el ahora, no entiendes cómo puede haber personas que no quieran al menos probar y decidir qué prefieren. Hasta aquí mi deseo. Ahora la realidad. Esto es lo que he aprendido tras más de tres años escribiendo en ABC Bienestar sobre entrenamiento y salud:

• En el ejercicio físico, como en tantas otras cuestiones de la vida, hay una parte importante de la población que cree fielmente en determinadas verdades porque les resultan más cómodas emocionalmente. Y no hay vuelta de hoja.
• Que a alguien le guste hacer deporte, no implica que le interese lo más mínimo los beneficios o repercusiones que tiene hacia su salud. Hay personas para las que el ejercicio es ocio, un ocio bueno porque les han dicho que es saludable, pero si no lo fuese lo harían igual, porque disfrutan jugando un partido de lo que sea.
• La actividad física saludable se resume en seleccionar los ejercicios básicos que necesitas en dosis e intensidad ajustadas individualmente. Esto se discute porque no suele ser cómodo o apetecible.
• Nunca se dice lo suficiente en que es necesario comer y descansar bien para que el ejercicio produzca mejoras.
• Efectivamente, sin una base sólida de conocimiento necesitas a un profesional cualificado para que te ayude. A muchas personas esto les parece de pijos o millonarios, pero tienen un Smartphone de última generación sin ningún tipo de duda emocional.
• Pese a ser los contenidos que más se leen, NO, las rutinas exprés por si solas no te garantizan los resultados que prometen.
• Cada vez se habla más del entrenamiento de fuerza y todo el mundo afirma saber lo importante que es mientras se zampa una palmera de chocolate. El 90% de la población huye cuando le dices que coja una barra olímpica.
• Sí, es cierto, con tu propio peso corporal puedes entrenar durísimo y ponerte muy fuerte. El 90% de la población quiere entrenar con su propio peso corporal para no esforzarse un poco más.
• La excusa más lamentable y escuchada para no tener cierta constancia con el ejercicio es la de ‘es que yo no tengo ni el tiempo ni la fuerza de voluntad’. Si no pruebas a sentir los beneficios de una vida saludable, difícilmente vas a poner el ejercicio entre una de tus prioridades diarias. Nunca lo percibirás de esta manera.
• Entrenar siguiendo objetivos estéticos tiene un recorrido mucho más corto que hacerlo por rendimiento físico.
• No he conocido a nadie que no sude si hace ejercicio con intensidad… real.
• Tener molestias no es igual a que te hayas lesionado.
• Da exactamente igual lo que se publique o las certezas médicas que ya haya al respecto: siempre habrá personas que consideren como peligrosa cualquier actividad física que no sea caminar.
• Hay que aprender para poder explicar.
• Los ‘buenos días’ se utilizan demasiado poco.
• Se le tiene un miedo injustificado al peso muerto.
• Da igual cómo se rebata esta leyenda urbana, siempre habrá supuestos expertos que digan que la rodilla no puede pasar la punta del pie en una sentadilla.
• Todo el mundo habla del ‘core’, pero la mayoría sigue pensando que lo tiene fuerte en función a si su ‘tableta’ está marcada.
• Hay demasiados entrenadores y entrenadoras que utilizan su físico para vender un sistema de entrenamiento que no es el que han utilizado para conseguir dicho cuerpo.
• Sí, no lo dudes, bastantes cuerpos perfectos que ves en las redes sociales se consiguen con la ayuda de sustancias farmacológicas… Además de mucha disciplina.
• ‘Yo solo quiero tonificar’ es una declaración de intereses que normalmente esconde una clara intención de esforzarse lo justito.

Personalmente encuentro la motivación para seguir escribiendo en los mismos argumentos que hacen que me cuestione si merece la pena. Dentro de un año podríamos elaborar este listado y ni un solo punto cambiaría. Albergo la esperanza de que alguna persona pueda haber cambiado de parecer leyendo los artículos del blog ‘Que la fuerza te acompañe’ de ABC Bienestar. Si es así, aunque solo sea por una persona, habrá merecido la pena. Que la fuerza nos acompañe a todos en el próximo año que en breve comienza.