Salvo contadas excepciones, lo más habitual cuando acudes a un gimnasio para informarte sobre sus precios, horarios y demás, es que haya dos cosas con las que buscan impactar visualmente al consumidor: la estética y tecnología de sus diferentes salas y las llamadas zonas de aguas (saunas, jacuzzis, piscinas, etc.). Conviene tener presente que una sala con cien cintas de correr de última generación no es algo maravilloso. Es mucho espacio y mucho dinero invertido en tener a cien personas cual «hamsters» y te puede dar una idea del nivel de ocupación que debe tener ese gimnasio en hora punta.
Estamos siendo un poco exagerados, porque no he visto en mi vida un gimnasio con cien cintas de correr, pero sí que los hay con un porcentaje desproporcionado de su espacio dedicado a las máquinas de «cardio». Te aseguro que vas a descolocar a muchos comerciales si cuando te quieren contar las bondades de su máquina elíptica les preguntas directamente «¿tenéis zona de peso libre con barras olímpicas?». Si crees que eso no va contigo, en lugar de convencerte yo, intenta buscar un solo entrenador o entrenadora que desprecie este material. Por supuesto que te van a decir que no son imprescindibles, y es verdad que no lo son, pero si ningún profesional las rechaza, es que algo deben tener. Hoy vamos a explicarte de manera básica cuáles son las características de estas barras y por qué también son para ti.
¿Qué es y en qué se diferencia una barra olímpica?
Son todas aquellas barras de pesas que comparten una característica común: el diámetro de los extremos exteriores donde se insertan los discos mide de 50 mm. Por este motivo hay personas que las denominan barras de 50 mm y es bastante común referirse a ellas como barras de halterofilia, aunque siendo estrictos eso es confundir la parte con el todo, porque hay diferentes tipos de barras olímpicas. Su cometido está intrínsecamente ligado al entrenamiento con peso libre que tiene unas ventajas y unos inconvenientes frente al ejercicio con máquinas que ya analizamos en su día. Veamos qué barras olímpicas existen:
Barras olímpicas de halterofilia.
Las barras de halterofilia serían siendo estrictos las únicas olímpicas, ya que solo esta disciplina utiliza este material en unos Juegos Olímpicos. Se utilizan para dos levantamientos, que son la arrancada y el dos tiempos. Son barras que debe cumplir con los requisitos de una competición deportiva regulada por organismos oficiales, por lo que cuentan con unas características y regulaciones estandarizadas.
Las barras masculinas de halterofilia pesan 20 kg y miden 220 cm. Su sección de agarre tiene un diámetro de 28 mm y 131 cm de largo con dos pequeñas muescas separadas por 91 cm que buscan facilitar las referencias para el punto de agarre. Las barras femeninas tienen un peso de 15 kg y su longitud es de 201 cm. Su sección de agarre tiene en este caso un grosor de 25 mm y 131 cm de largo, con una separación entre sus marcas de agarre de 91 cm.
Si eso de los levantamientos olímpicos no te resulta familiar en absoluto, te los presentamos de la mejor manera posible, con nuestra campeona olímpica Lydia Valentín:
- Arrancada
- Dos tiempos
Barras olímpicas para levantamiento de potencia
El levantamiento de potencia o «powerlifting» es la disciplina que compite en tres levantamientos: el press banca, la sentadilla y el peso muerto. Sus especificaciones técnicas se encuentran determinadas por la Federación Internacional de Powerlifting (IPF). Al igual que en el caso anterior, solo el equipamiento aprobado por el organismo federativo de la disciplina, tendrá validez en competiciones oficiales. En powerlifting no se diferencia entre hombres y mujeres. Según su reglamento técnico, la longitud de la barra no puede exceder los 220 cm; su sección de agarre debe medir entre 131 y 132 cm y tendrá un diámetro de entre 28 y 29 mm. El peso total de la barra con cierres será de 25 kg (20 kg de la barra + 2,5 kg por cada cierre).
Barras olímpicas mixtas o multipropósito
Este grupo es el de las barras que combinan características de las de halterofilia y de las de levantamiento de potencia. Sus especificaciones no se encuentran reguladas por ninguna federación oficial. Son más baratas y versátiles por lo que son las más fáciles de ver en cualquier gimnasio e indispensables en los boxes de CrossFit. A simple vista se las puede confundir con las barras de halterofilia, pero hay un truco muy sencillo para identificarlas y es que tienen cuatro muescas en la sección de agarre: las dos típicas de las barras de halterofilia (separadas por 91 cm) y las dos de las destinadas a powerlifting (separadas por 81 cm).
Que no practiques halterofilia, powerlifting o CrossFit no implica que sea un tipo de material que no te pueda interesar. Además de su enorme resistencia, es una barra que te proporciona mayor equilibrio y estabilidad en tus entrenamientos, admite muchísima carga y al guardar unas medidas y proporciones, si se utiliza adecuadamente, evita algunas lesiones que se pueden producir con material inadecuado. Si has hecho una sentadilla o un peso muerto con una de estas barras sabrás de qué estamos hablando, aunque en el primer momento parezca más incómodo, en cuanto te acostumbres ya no querrás cambiar. Entre quienes todavía no han probado, suele generar cierto recelo el peso que tiene la propia barra y su aspereza al tacto. No deja de ser divertido que cuando alguien quiera levantar peso y coge una barra olímpica, la deje porque es pesada. Toda una declaración de intenciones.
Su única pega es el precio y que requiere de una supervisión profesional para garantizar un uso adecuado. Las barras olímpicas rondan los 300 Euros y de ahí en adelante. Pero si en un gimnasio ves barras olímpicas y se presta correcta atención y asesoramiento a quien entrena con ellas, son dos buenos argumentos para elegir ese lugar y no otro para entrenar. Que la fuerza te acompañe.
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