Opina Sheryl Sandberg en su libro Vayamos adelante (lectura recomendada para todas las chicas que empiezan a trabajar) que la decisión más importante en la carrera profesional de una mujer es si tendrá pareja (en inglés “partner”, que significa también “socio”) y quién será éste.
Sandberg dice no conocer a ninguna mujer que ostente una posición profesional de liderazgo, cuya pareja no apoye totalmente su trabajo. Sin excepciones. Y según su análisis, de las 28 mujeres CEO de las compañías Fortune 500, 26 estaban casadas cuando consiguieron el cargo, una divorciada y solamente una soltera. En un reciente estudio sobre mujeres profesionales con formación superior que habían abandonado su trabajo, el 60% señaló a su marido como factor clave de su decisión.
Dave Goldberg, el marido de Sheryl, fue el apoyo de su brillante carrera y compartió la responsabilidad doméstica y del cuidado de los hijos. Quizá no de una manera perfecta (dicen lo perfecto es enemigo de lo bueno) pero fue su auténtico “socio” de vida. En la primera página, le dedica el libro porque fue “quien lo hizo todo posible”, una frase que lo dice todo. Dave falleció hace tres años, y estoy segura de que la ejecutiva ha seguido los mismos criterios en la elección de su nueva pareja.
Traigo esto a colación porque el 14 de febrero me pongo tierna… también yo tengo un marido que durante 26 años ha apoyado sin fisuras todas mis decisiones profesionales y personales (aunque yo no haya llegado tan alto como Sheryl, ni como ejecutiva en una empresa tecnológica ni como escritora). Así que en el día de San Valentín quiero dedicar este post a todos los cónyuges que, como hizo Dave, o como hace Alberto, constituyen el soporte de las carreras profesionales de muchas mujeres. Su auténtico socio de vida.
Y enhorabuena a ellas.
Sheryl Sandberg es una alta ejecutiva de Facebook (previamente lo fue de Google), escritora y activista de la igualdad de derechos y oportunidades para las mujeres.
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