Maria C. Orellana el 18 jul, 2015 Ayer por la noche, a los postres de una cena entre amigos para celebrar la brevísima tregua que nos ha dado esta interminable ola de calor, lance una pregunta a los asistentes varones: “¿creéis que las mujeres trabajan de forma diferente?” Tras superar la sorpresa inicial por la cuestión, me regalaron algunas declaraciones singulares que, aunque resumidas, voy a tratar de reflejar todo lo fielmente que soy capaz. – A mí me gusta trabajar con mujeres: tratan mejor con los clientes (que en su mayoría son hombres) – Las mujeres hacen las cosas más fáciles, son más eficientes. – Eficientes? yo trabajo en una zona de oficina abierta, y a mi lado tengo una isla de mesas ocupada íntegramente por mujeres que no paran de hablar durante toda la jornada mientras trabajan, es de locos. – No estoy de acuerdo, las mujeres no pierden el tiempo; no se quedan charlando con los compañeros al cierre de la jornada, quieren terminar pronto en la oficina para ir a casa. – Si una mujer es tu cliente, inútil invitarla a comer para una negociación: no aprecian la comida, preferirá despachar el asunto en una sala de reunión sin rodeos ni adornos – Las mujeres son más directas; dicen “no” más fácilmente, aunque luego terminen por hacer lo que pides. Mientras que ellos dan más rodeos, mascullan un “de acuerdo” cuando la verdad es que no piensan hacerlo. Así siguieron durante un rato hasta que Javier, siempre ácido en sus comentarios, sentenció jocosamente: – Si en la oficina de repente hueles a mandarina, significa que hay una mujer cerca, no importa la hora del día que sea. Y después tirará las cáscaras a la papelera, garantizando el aroma durante toda la jornada… Pues así nos ven ellos. mujermundo laboral Comentarios Maria C. Orellana el 18 jul, 2015