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Blogs Puentes de Palabras por José Manuel Otero Lastres

Tezanos: los españoles no somos tontos

José Manuel Otero Lastres el

Tengo que iniciar mi reflexión haciendo esta afirmación por si alguien piensa que el español medio va a creerse los datos del último barómetro del CIS del mes de abril  de 2020 cocinado por el chef “Tezanos”. De esta “macroencuesta para tiempos de tribulación gubernamental”, me interesan dos aspectos: uno general, referido al modo en que se han hecho algunas preguntas y otro más concreto que tiene que ver con las respuestas a una cuestión concreta como es la percepción ciudadana sobre la situación económica.

Con respeto al primer punto, el CIS en el Barómetro nº 3279 especial de abril de 2020 cambia de método al preguntar sobre ciertos puntos: pasa de la búsqueda de la respuestas espontanea a la indagación de la respuesta intencionadamente sugerida. Para que se entienda mejor lo que quiero decir pondré un ejemplo frecuente en los estudios de mercado sobre la implantación y conocimiento por los consumidores de un producto de marca. No es lo mismo preguntar “¿conoce lo que es X? (póngase aquí la marca denominativa de cualquier producto) que “¿sabe qué tipo de producto de alimentación designa esta marca?”. En el primer caso, o se recuerda que la palabra mostrada es la marca de un producto o la respuesta será negativa. Lo que se buscaba era el solo recuerdo espontáneo del consumidor encuestado. En cambio, en la segunda la propia formulación de la pregunta da por hecho que la palabra en cuestión esa una marca, de un producto, y del sector de la alimentación, con lo cual la ayuda de estas sugerencias facilitará que el consumidor reconozca el tipo de producto que designa la marca sobre la que se hace el estudio de mercado.

Pues bien, en el caso del citado Barómetro del CIS se formularon preguntas sobre la prohibición de los bulos y la libertad de información que avocaban al encuestado a responder que había que restringir la libertad de información. Y lo mismo con las otras dos cuestiones de si el gobierno tiene que atenerse a las opiniones de los expertos o tomar sus propias decisiones y de si para salir de la crisis es mejor un gran acuerdo entre los partidos o que cada uno de ellos haga sus propuestas alternativas. En estas tres cuestiones, las respuestas inducidas fueron, como no podía ser de otro modo, claramente mayoritarias a favor de la opción buscada por el Gobierno: el 66,7% en la primera; el 88,5% en la segunda; y el 91,4% en la tercera.

Donde parece haber algunas contradicciones es, en cambio, en la cuestión puntual. En efecto, a la primera pregunta ¿Cómo cree usted que van a ser las consecuencia económicas y laborales que van a derivar de la crisis del COVID-19, muy graves, algo graves, regular o poco graves? el 80,3 % de los entrevistados responde que “muy graves” y el 17% que algo graves. Hasta aquí, normal: lo respondido en la encuesta por una muy amplia mayoría coincide con la opinión generalizada que se emite en los medios.

Las respuestas sorprendentes surgen cuando se particulariza. Y así a la pregunta de cómo calificaría Ud. la situación económica dentro de un año, los encuestados responde, que la situación general de España será mejor para el 26,5%, igual para el 16,5, y peor para el 53,7; y sobre la suya particular, el 15,9 % responde que mejor, el 56,2 % que igual, y el 24,5% que peor.

Pues bien, si los encuestados son las mismas personas, cómo es posible que mientras el 80,3 % dice que tras la crisis del coronavirus las consecuencias económicas y laborales van a ser muy graves, al preguntarles sobre lo que pasará dentro de un año respondan: sobre la situación general el 26,5 cree que será mejor, el 16,5 igual y el 53,7 peor; y sobre la suya particular, el 15,9 piensa que mejor y el 56,2 que igual.

Admito que no sé de encuestas y, por tanto, no sé si esas respuestas son posibles. Pero en mi lógica personal me resulta difícil admitir que si el 97,3% de los entrevistados coinciden en que la situación general de España después de la pandemia será va ser muy grave (80,3) o algo grave (17,0), ese mismo grupo de entrevistados, preguntados por la situación un año después responda que: en España será mejor para el 26,5%, igual para el 16,5, y peor para el 53,7; y sobre la suya particular, el 15,9 % que mejor, el 56,2 % que igual, y el 24,5% que peor. ¿Es posible que los mismo que creen que después del coronavirus las cosas van a ir muy mal o algo mal (97,3%) puedan pensar que un año después –en plenos efectos negativos de la crisis económica provocada por  el coronavirus- las cosas irán en general mejor para el 26,5, igual para el 16,5 igual y peor para el 53,7 y para ellos mismos en particular mejor para el 15,9%  e igual para el 56,2%?

Las cifras no me cuadran, y salvo que haya alguien que me lo explique convincentemente, pienso que Tezanos cree equivocadamente que los españoles somos tontos.

Sociedad
José Manuel Otero Lastres el

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