José Manuel Otero Lastres el 01 ene, 2021 En el Capítulo XVIII de la primera parte del Quijote, escribe Cervantes: “—Sábete, Sancho, que no es un hombre más que otro, si no hace más que otro”. Este criterio comparativo para determinar la posible preeminencia de alguien con respecto a los demás me parece incuestionable. Y es una muestra más del enorme saber que atesoraba don Miguel. Pues bien, me voy a servir de dicho criterio para averiguar si Cataluña es más que el resto de España por haber hecho más, mereciendo, por ello, un trato político y económico desigual y privilegiado. Voy a moverme exclusivamente en el plano de los hechos, no en el de los sentimientos y emociones, porque lo que crea merecer cada uno es irrelevante ya que no puede someterse al escrutinio de la razón. Puestos a abordar lo que antecede el primer problema que se plantea es quién es esa Cataluña que se considera superior por haber hecho más que el resto de España. La cuestión se suscita porque hay tres realidades que son difíciles de separar: la entidad política, su territorio, o el conjunto de habitantes que viven allí. Si nos situamos en la realidad más cercana y utilizamos cualquiera de estos tres parámetros para valorar lo que más que han hecho los catalanes respecto del resto de los españoles para que haya que considerarlos más que a los demás, no se descubre ningún acontecimiento reciente en el que los catalanes hayan demostrado que han hecho más que nosotros y, por tanto, son más que nosotros. Fracasada la vía anterior, es posible que se diga que el merecimiento viene desde antiguo. Pero por mucho que busco en la historia de España no encuentro un acontecimiento protagonizado por catalanes que haya hecho merecedores a sus descendientes de recibir un trato privilegiado frente al resto de los españoles. ¿Se podría justificar el pretendido hecho diferencial inventando una razón histórica? Se puede, pero sería racionalmente inadmisible, porque tan burda manipulación del pasado sería fácilmente desmontable acudiendo a la historia. Finalmente, ¿se puede admitir como hecho diferencial la riqueza de sus residentes? No, porque la riqueza acumulada no pertenece al mundo del hacer en el que nos sitúa Don Miguel de Cervantes, sino en el del “acaparar”. Y por tal razón admitir esa prerrogativa, supondría, además de separarse del criterio que venimos utilizando, ensalzar la insolidaridad y el egoísmo. Y ese es una “hacer más” que no puede tenerse en cuenta para justificarse el “ser más” que reclaman permanentemente los catalanes. La conclusión es clara los catalanes no han hecho más que el resto de los españoles para reclamar los privilegios que pide incesantemente su clase política y especialmente los independentistas. Si el Gobierno de España les da más, no es por una razón de merecimiento, sino por el valor que tienen sus escaños para que aquél se perpetúe en el poder. Política Comentarios José Manuel Otero Lastres el 01 ene, 2021