José Manuel Otero Lastres el 09 abr, 2016 Hace un par de días volví a ver en televisión la excelente película del director australiano Peter Weir “El club de los poetas muertos”. Tenía un magnífico recuerdo del film por el atractivo papel del profesor John Keating, interpretado por el malogrado Robin Williams, al que, como profesor que soy, envidié sanamente su capacidad de mostrar a sus alumnos el camino hacia el conocimiento. Y es que, lejos de ser el típico docente que se pavonea haciendo ostentación de sus impresionantes saberes, lo que trataba el profesor Keating era despertar en sus alumnos el deseo de aprender a pensar por sí mismos y mostrarles la importancia de aprovechar el momento (el famoso karpe diem). No recuerdo exactamente cuando vi con anterioridad la película, pero fue en el momento de su estreno en España en 1989. Pues bien, al verla de nuevo reparé en algo a lo que entonces no le había dado importancia. Se trata de las primeras escenas en las que los estudiantes de Welton entran al acto inaugural del curso portando cuatro grandes pancartas cada una con una de las cuatro siguientes leyendas: Tradición, Honor, Disciplina y Excelencia. La escena se remata gritando todos los alumnos en alta voz esas cuatro palabras. Y claro no tardé en preguntarme por qué ahora me llamaba la atención ese pasaje inicial de la película, cuando en 1989 había pasado inadvertidamente. No tardé en encontrar la explicación: por el imparable deterioro que ha venido sufriendo nuestra enseñanza desde entonces hasta hoy. En el ámbito universitario, que es el que conozco, la atosigante burocratización y la degradación de la exigencia nos han llevado hasta una situación en la que la enseñanza languidece sin que se tomen las medidas necesarias para revitalizarla. Pero no en el sentido de hacerla todavía más fácil, como pretenden algunos, sino para convertirla en una actividad verdaderamente exigente bajo un sistema de auténtica igualdad de oportunidades. Dicho con otras palabras, una enseñanza en la que, como en el Colegio de Welton, se organice el saber en torno a las cuatro palabras mágicas: tradición, honor, disciplina y excelencia. Otros temas Comentarios José Manuel Otero Lastres el 09 abr, 2016