Como seguramente saben, el lema del despotismo ilustrado fue “Todo para el pueblo, pero sin el pueblo». Dicho movimiento, que se desarrolló desde finales del siglo XVIII, se caracterizaba por el paternalismo, y propugnaba que en el fomento y desarrollo de la cultura no era necesarios el protagonismo y la intervención del pueblo, sino sólo de las clases dirigentes.
Hasta hace algunos años la izquierda defendía que progresar implicaba avanzar hacia una sociedad cada vez mejor y más justa. Lo cual significaba, por ejemplo, en educación, apostar por la enseñanza exigente y de calidad.Sin embargo, en los últimos tiempos los mensajes de dicho partido son que en educación lo progresista era rebajar los niveles todo lo posible, sin importar que España ocupara los últimos puestos del escalafón en los controles educativos europeos.
Por desgracia, las cosas, en lugar de arreglarse, van a peor. En efecto, el Real Decreto Ley del nuevo currículo de Educación Secundaria Obligatoria (ESO) ha eliminado la asignatura de Filosofía del plan educativo, así como la enseñanza cronológica de la Historia. Otra de las “perlas” de la nueva enseñanza es la supresión de las notas numéricas y el paso de curso con suspensos.
Cómo sobre todo la supresión de la Filosofía generó una gran controversia, algunos medios especialmente afines al Gobierno han tachado ese hecho de bulo. Y para acreditar este extremo sostienen que la Filosofía está incluida en otra asignatura. Estos medios recuerdan que en algún curso todos los alumnos y alumnas cursarán la materia
de Educación en Valores cívicos y éticos.
En dicha materia, que prestará especial atención a la reflexión ética, se incluirán contenidos referidos al conocimiento y respeto de los Derechos Humanos y de la Infancia, a los recogidos en la Constitución
española, a la educación para el desarrollo sostenible y la ciudadanía mundial, a laigualdad de mujeres y hombres, al valor del respeto a la diversidad y al papel social
de los impuestos…”. Juzguen ustedes mimos.