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Blogs Puentes de Palabras por José Manuel Otero Lastres

Sánchez: no es tiempo de odio o venganza, sino de grandeza

José Manuel Otero Lastres el

Quiero creer que los políticos conocen perfectamente que representan al pueblo y que su obligación esencial es la defensa de los intereses generales. Se me dirá inmediatamente que la cuestión esencial es determinar cuáles son los intereses generales. Y se añadirá que los intereses generales son diferentes para los distintos partidos políticos y justamente por ello son también distintos los programas que se proponen a los electores para conseguirlos. A lo que cabría agregar que los intereses generales no suelen ser inmutables, sino que van variando en función de lo que cada país considera esencial.

Lo que antecede es cierto, pero hay momentos en los que el interés general es tan claro que incluso el menos informado de los ciudadanos es capaz singularizarlo. Y me atrevo a decir que el presente es uno de ellos: para una Nación europea que lleva más de doscientos días sin gobierno no es exagerado afirmar que urge, por encima de todo, que nuestros representantes se dediquen antes que nada a la fundamental tarea de investir a un candidato como presidente del gobierno.

Es indiscutible que, a la vista de los resultados electorales, si bien el especialmente llamado a gobernar es Mariano Rajoy, el que tiene la llave principal para hacerlo posible es Pedro Sánchez. Es verdad que hay otras posibilidades, pero también lo es que la posición más determinante la tiene el partido que quedó en segundo lugar que es el PSOE.

Lo que ocurre es que todos los políticos actuales van teniendo su historia, unos más larga, como el citado Mariano Rajoy, y otros mucho más corta como es la de Pedro Sánchez. Y es la historia de estos dos últimos la que me permite afirmar que no es tiempo para el odio, ni tampoco para la venganza, sino para la grandeza.

Si por “odio” se entiende en el Diccionario de la RAE “antipatía y aversión hacia algo o alguien cuyo mal se desea”, ¿dirían ustedes que han reconocido en las manifestaciones de Pedro Sánchez sobre Rajoy este sentimiento?

Si por “venganza” se entiende según dicho Diccionario “satisfacción que se toma del agravio o daños recibidos”, ¿dirían ustedes que ven en la actual actitud de Pedro Sánchez ese deseo?

Y si por “grandeza” se entiende “elevación de espíritu, excelencia moral”, ¿no creen ustedes que estamos en momentos en los que nuestros representantes tienen que hacer gala de elevación de espíritu y la excelencia moral?

Ha habido destacados miembros del partido socialista –a alguno de los cuales le pidieron que interviniera en ayuda del secretario general en las pasadas elecciones para evitar el temido adelantamiento- que han dado muestras, con una indiscutible sapiencia política,  de saber cuál es el papel del partido perdedor.

Pues bien, si socialistas tan poco sospechosos como Felipe González, Guillermo Fernández Vara o García Page, entre otros, consideran razonable facilitar al PP que forme gobierno, ¿es descabellado hablar de odio y venganza de los mediocres líderes actuales del PSOE que no han hecho más que perder y cada vez por más diferencia con Mariano Rajoy?

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