José Manuel Otero Lastres el 07 ene, 2022 Cada uno de nosotros es protagonista de los hechos en los que participa. De los otros hechos en los que no ha intervenido personalmente sólo tiene lo que guarde en su memoria, la cual involucra reconstrucción, y no solamente recuerdo, cómo ha señalado la experta Elisabeth Loftus. En las cosas triviales y que nos han afectado individualmente a cada uno de nosotros, nuestra mente contiene recuerdos en su mayor parte correctamente formados. Pero en los asuntos importantes, en los que afectan a la generalidad -sobre todo cuando son políticamente relevantes- se fomentan los recuerdos falsos. Un recuerdo falso es un recuerdo de un evento que no ocurrió o una distorsión de un evento que ocurrió, según se puede saber por hechos corroborables externamente. La psicóloga anteriormente citada Elizabeth Loftus sostiene que es posible inducir y crear autogénicamente falsos recuerdos por diversos procedimientos, en que las personas forman sus recuerdos con la información que retienen de su pasado, sus conocimientos generales y -esto lo añado yo- los inducidos. La implantación de información incorrecta lleva a la formación de memoria de largo plazo incorrecta. Esto se aplica a ambos tipos de recuerdos: el real y el implantado. La citada autora pone un ejemplo. Un niño norteamericano puede recordar a su padre de pie al lado de la mesa con una expresión de ira y con un cuchillo grande y afilado, vociferando frente a la madre, quien gritaba y parecía muy asustada. Este recuerdo podría ser parcialmente preciso, pero en realidad el niño está recordando fragmentos de una fiesta de Acción de Gracias: el padre estaba cortando el pavo y cantando en voz alta, y la expresión de la mamá se debe a que le está gritando al perro para que se quede quieto. Posteriormente, ese fragmento de recuerdo puede hacerse interpretar “correctamente” como que “papá era violento y mamá siempre tenía miedo de él”. La verdad es que los ciudadanos que habitamos en el mundo de los del montón somos muy vulnerables a la hora de reconstruir nuestros recuerdos. Por eso, debería considerarse incluido en la libertad constitucional de pensamiento del artículo 20 de la CE el derecho a poseer un recuerdo libremente formada y no manipulado políticamente. Política Comentarios José Manuel Otero Lastres el 07 ene, 2022