El Tribunal Supremo acaba de hacer público su informe sobre la petición de indulto de los secesionistas catalanes condenados por sentencia firme. Y, como era de esperar, se opone con rotundidad al mismo porque no ve razones de justicia y equidad, ni tampoco arrepentimiento.
Los magistrados consideran, en efecto, que al pretender un indulto colectivo se desenfoca el sentido del indulto, que es una medida de gracia individual, añadiendo que la pena tiene una función y que pretender conmutarla supone no solo corregir al Tribunal Supremo, sino, de algún modo, construir un nuevo Estado de Derecho que solo existe en la imaginación de sus promotores”. Este informe sigue la misma línea que el del Ministerio Fiscal.
Para ir preparando a la opinión pública y amortiguar el impacto negativo que sin duda tendrá la concesión del indulto en las próximas elecciones, Pedro Sánchez ha tenido que recurrir a que entre los valores constitucionales no están la revancha, ni la venganza. Además ha argumentado que “hay un tiempo para el castigo y un tiempo para la concordia”. Dando a entender que pasado el tiempo del castigo había llegado el de la concordia.
Todo parece indicar que el indulto está próximo y ya nadie duda de que es una contrapartida asumida por Pedro Sánchez para poder contar con los votos de los independentistas catalanes.
Pero si esto es así el pago de ese peaje lo asumió solo él, por lo cual él es el único deudor obligado a su cumplimiento.
El indulto es una prerrogativa del Gobierno por lo cual puede cumplir su compromiso. Lo que no parece admisible es que nos quiera presentar un indulto edulcorado con alusiones a la Constitución y los valores constitucionales e insultando a los que están en contra de tal medida de gracia tachándolos de “revanchistas” y “vengativos”.
El mayor valor de la Constitución es su cumplimiento y el presidente debe tener la valentía de incumplir su compromiso y negar los indultos o cumplirlo y otorgarlos. Pero ya decida una cosa o la otra habrá de atenerse a las consecuencias electorales.¡Basta ya de cargar a los demás con las consecuencias de sus propios compromisos!
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