Quizás es injusto, y no lo dudo, pero lo cierto es que en las anteriores elecciones generales hubo 633.393 votos de Ciudadanos que fueron literalmente a la basura. Unos restos que, como consecuencia de la aplicación de la Ley D´Hondt, fueron a parar a otros partidos y no sirvieron para que la formación de Rivera consiguiera más escaños.
Estos votos serán el domingo muy importantes para que el PP pueda frenar a la izquierda radical que, después de comerse al PSOE y relegarlo a segunda fuerza política, se acerca a los populares si la unidad del centro derecha no lo impide.
La realidad es la que es y la unión de Podemos e Izquierda Unida hace que el voto a Ciudadanos no tenga ninguna relevancia en estas elecciones generales.
Votar a Ciudadanos es a día de hoy la mejor manera de garantizar el avance de la izquierda radical. Y no lo digo yo, ni tengo ningún interés en que sea así, lo dice la aritmética electoral.
Y los ciudadanos parece que también están comprendiendo que eso es así. Los últimos datos calentitos de esta misma mañana que le sirven al PP para tener un conocimiento exacto de la realidad, indican que el PP sigue subiendo, la clave está en saber si lo hace a costa de Ciudadanos o de ese 30% que hace una semana no sabía a quién votar.
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