
Después de una dura sesión de control en la que Soraya Sáenz de SantamarÃa pronunció la maldita palabra “amnistÃa fiscal”, para sorpresa de los suyos que solo hablan de “regularización fiscal”, la vicepresidenta del Gobierno se subió el miércoles al AVE y se fue a Sevilla para disfrutar de un dÃa de feria.
Seis horas en las que tuvo la oportunidad de estar con sus amigos, saludar a la gente e incluso lanzarse a la pista a bailar sevillanas y rumbas, e incluso cantar.

Llegó a la feria sobre las cuatro de la tarde y directamente se trasladó a la caseta del abogado del Estado Enrique Lasso de la Vega, que trabaja a sus órdenes en el Ministerio de la Presidencia. El objetivo era entregar al periodista Carlos Herrera el premio caseta de oro. En Chicuelo 12 transcurrieron sus primeras horas en el real, acompañada del delegado del Gobierno, Antonio Sanz; el alcalde de Sevilla, Juan Ignacio Zoido; el presidente del PP en AndalucÃa, Juan Manuel Moreno; y parte de su equipo en Moncloa: David del Cura y MarÃa González Pico. A lo largo de la tarde se fueron uniendo al grupo otros polÃticos como el diputado por Sevilla, Ricardo Tarno.
Sáenz de SantamarÃa fue recibida en la caseta con un pasodoble, que bailó con Enrique Moreno de la Cova, ya que en el recinto se encontraban varios miembros de la Banda del Maestro Tejera. En esta caseta se marcó sus primeros bailes y posteriormente se trasladó a la caseta de Carlos Herrera y seguidamente a “Los cortijeros” donde bailó y cantó con el grupo flamenco que animaba la tarde. Ya entrada la noche, sobre las once, abandonó el recinto ferial.
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