Una mañana, muy temprano, del pasado mes de julio, le pregunté a Isabel DÃaz Ayuso si pensaba presentarse a liderar el PP de Madrid. Su respuesta no dejaba lugar a ninguna duda: “Tiene toda la pinta”. Despejada para mà la incógnita, habÃa que esperar el momento en el que ella querÃa realizar, o deslizar, el anuncio oficial. En aquella mañana de verano, el off the récord me impedÃa desvelar la magnitud de su declaración. Madrid era un hervidero de rumores, pero la suerte estaba echada.
Ayuso, una polÃtica con una ambición serena, discreta, pero firme, ha elegido el comienzo del curso polÃtico para desvelar claramente sus intenciones. Quiere ser la presidenta del PP de Madrid, va a por todas, y nadie la va a frenar.
La presidenta ha cogido con el pie cambiado a la dirección nacional, que se ha equivocado en su estrategia de aparcar el problema de Madrid. Casado deberÃa ya haber bendecido la candidatura de Ayuso, despejar dudas y no alentar la alternativa de Almeida, que ni es viable ni tiene ningún sentido. El PP ha remontado gracias a Ayuso, ella lo sabe, su equipo también y quiere hacer valer sus galones.
Se equivoca la dirección nacional del PP si plantea una batalla en Madrid. En el mejor momento polÃtico, con todas las encuestas a su favor y a un paso de llegar al Palacio de la Moncloa, no se puede enredar en una campaña para frenar a Ayuso, que arrasa en toda la Comunidad. Es verdad cuando dicen que esta circunstancia es de hoy, y que mañana a saber qué pasará, pero en polÃtica, ya hemos visto, solo podemos vivir el presente.
En Génova están que se suben por las paredes porque la tercera vÃa lanzada por el alcalde de Madrid, otro error, ha terminado por quemar a la actual secretaria general de Madrid, Ana Camins, que, me voy a mojar, no creo que vuelva a repetir en el cargo, a pesar de haber hecho un gran trabajo movilizando al partido en una época muy difÃcil.
Ahora solo queda llegar a una “entente cordiale” entre Génova y Sol, en el que se haga el menor daño posible y trabajar todos juntos en la misma dirección. Al fin y al cabo, también hay que reconocerlo, Ayuso es un producto de Pablo Casado, él fue el que la descubrió y la presidenta le debe mucho. Ahora es el momento de agradecérselo a lo grande, evitando un incendio en el PP de Madrid.
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