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Blogs Que la fuerza te acompañe por Alfonso M. Arce

Electroestimulación muscular ¿Funciona?

Las máquinas de electroestimulación muscular llevan años en el mercado y cada vez más atletas las utilizan. Descubre si merece la pena en tu caso

Electroestimulación muscular ¿Funciona?
Alfonso M. Arce el

Hace no muchos años proliferaron los locales que ofrecían un tratamiento milagroso para reducir grasa corporal y ponerse en forma, su herramienta principal de trabajo eran unos «trajes» corporales repletos de electrodos que ayudaban a potenciar la estimulación muscular de tu cuerpo mediante descargas eléctricas. Utilizo la palabra locales, porque el aspecto de algunos muy poco difería de un gimnasio y otros, sin embargo, se parecían mucho más a centros estéticos. Con el paso del tiempo no han desaparecido, pero hay bastantes menos. Esto no quiere decir que sea un fraude, como en todo, el mercado manda y quedan los que han sabido ofrecer un buen producto perdiéndose otros por el camino.

Antes de nada, a los escépticos hay que decirles que la electroestimulación muscular forma parte de numerosos tratamientos médicos. Sus resultados como parte de la terapia de recuperación de pacientes que han sufrido un ataque al corazón o en lesiones de espina dorsal, están muy estudiados y contrastados. En cualquier rehabilitación de una lesión que haya atrofiado una zona muscular, se utiliza la estimulación eléctrica para reactivar la zona. No es un cuento. El problema llega cuando alguien, un poco despistado, piensa que el cuerpo de un deportista se consigue poniéndote unos electrodos mientras ves la televisión, o que podrán eliminar los excesos de tu dieta. Ahí llegan los problemas.

Este artículo busca analizar qué resultados podemos esperar de la electroestimulación muscular. Hay muchos factores para la confusión, en la rehabilitación funciona y a nivel deportivo atletas de primer nivel la utilizan de manera habitual. A partir de ahí entra el marketing y las promesas desmesuradas de los fabricantes. Como en muchas otras cuestiones relacionadas con la salud, y sobre todo con adelgazar, el problema es de expectativas. Vamos a ello.

¿Por qué la electricidad produce la activación del músculo?

Si te aplican unos electrodos en los puntos gatillo adecuados y la intensidad necesaria para ello, podrías comprobar como consiguen que una parte de tu cuerpo «salte» como un muelle gracias a un espasmo muscular involuntario. Esto se debe a que los músculos se activan mediante una señal eléctrica que nuestro cerebro les envía. El músculo se contrae y gracias a las palancas que produce al estar insertados en nuestras articulaciones, se produce el movimiento. Algo mágico en su conjunto, que en el fondo no es otra cosa que física pura. La electroestimulación muscular no deja de ser una señal eléctrica involuntaria sobre el músculo (lo hace una máquina, no tu cerebro), que ocasiona su contracción.

Pensar en tus músculos como una compleja estructura cableada a impulsos eléctricos dirigidos desde tu cerebro, te puede ayudar a entender el mecanismo de la electroestimulación

Al menos a nivel deportivo, esta historia comienza en el año 1976, cuando un científico soviético llamado Yohan Kots, publicó una investigación en la que afirmaba que la electroestimulación muscular podía llegar a aumentar en un 40% la fuerza de los atletas de élite. Es evidente que semejante afirmación llamó la atención a nivel mundial y comenzaron las pruebas de unos y otros. Desde ya hay que decir que un incremento de esas magnitudes en un atleta ya entrenado, responde a otra u otras cosas.

¿Qué resultados podemos esperar en términos de ganancia muscular?

Si haciendo pesas contraes tus músculos y crecen, podríamos pensar que si me pongo una máquina que provoca dicha contracción mis músculos crecerán. Bueno no es tan sencillo, de hecho no hay datos que demuestren resultados perceptibles en términos de volumen muscular utilizando electroestimulación. Esto se debe a la falta de una carga externa y de un rango de movimiento completo (al menos si es electroestimulación pasiva). Sin afirmar que el resultado es nulo, desde luego no es la mejor opción si buscas ganar volumen muscular.

¿Puedo mejorar la fuerza?

Entramos en un terreno más resbaladizo. Principalmente hay tres formas de ganar fuerza, incrementando el tamaño de tus músculos, incrementando la eficiencia de las fibras musculares y mejorando la efectividad de tus movimientos. Mientras que el primer punto es evidente y no hace falta profundizar mucho en él, los otros tienen muchos recovecos.

Con eficiencia de las fibras musculares, nos referimos a la rapidez y fuerza con la que tu cuerpo es capaz de contraer dichas fibras. Un grupo muscular, se compone de muchas fibras individuales, cuanto mayor sea la cantidad de ellas que seas capaz de activar y, además, de la manera más rápida e intensa, más peso serás capaz de mover. Ésta es una de las razones por las que un músculo puede hacerse más fuerte sin que necesariamente se haga más grande, por eso no debe extrañarnos que personas con apariencia más débil sean capaz de ejercer más fuerza que otras con más volumen muscular.

La efectividad del movimiento tiene mucho que ver con la técnica, ya que consiste en optimizar la ejecución de los ejercicios y reducir al máximo la energía malgastada en movimientos que restan en lugar de sumar. El ejemplo más evidente de esta efectividad de movimiento se encuentra en la halterofilia, solo una efectividad máxima del movimiento, con las palancas y trayectorias perfectas permite a estos atletas mover los pesos que mueven. No es fuerza bruta. Cuanto mejor es tu movimiento, mayor carga podrás utilizar y esto redunda en mejoras del primer y segundo punto.

En los levantamientos olímpicos (halterofilia) la efectividad del movimiento es imprescindible

Habiendo repasado los tres aspectos fundamentales para mejorar la fuerza, se comprende fácilmente que la electroestimulación puede influir aumentando la eficiencia de las fibras musculares. Cuando tu cerebro envía una señal de contracción a tus músculos, en la mayoría de los casos aplica un «ajuste de seguridad», guardándose algunas fibras individuales en previsión a que sea necesario activarlas si llega la fatiga y hay que tirar de reservas. Suena traicionero, pero ya explicamos en su día de qué manera te engaña el cerebro al hacer ejercicio. En este sentido la electroestimulación muscular puede conseguir que todas las fibras individuales tengan una contracción simultánea y fuerte a la vez, hay estimaciones que hablan de una activación hasta un 30% superior que con un movimiento normal. En este punto podríamos encontrar un beneficio con su uso regular ya que luego esa capacidad de activación, tendría su recompensa a la hora de levantar peso, aunque es difícil cuantificar un resultado concreto.

¿Funciona para la recuperación muscular?

Está más que demostrado que el ejercicio ligero es mucho más efectivo para recuperar tu cuerpo que el descanso total. Es la llamada recuperación activa. Podríamos deducir que este descanso activo es replicable aplicando impulsos eléctricos suaves que imiten el estímulo de ese ejercicio ligero. Algunos estudios ponen en tela de juicio este efecto, los científicos apuntan al hecho de que la electricidad no llega a conseguir el incremento del flujo sanguíneo que obtenemos de una sesión de recuperación activa

Todos estos beneficios suelen estar medidos con el uso de las máquinas de electroestimulación de forma pasiva. Es decir, estás en una silla o en una camilla y te conectan los electrodos. La clave está en que a nivel deportivo, cada vez se combina más el uso activo de la electroestimulación, es decir, utilizarla a la vez que haces ejercicio, lo que estaría ocasionando una contracción muscular por encima de la que ya produce el propio gesto de fuerza. En este sentido sí que hay mejoras y muchos deportistas incluyen la electroestimulación dentro de su arsenal deportivo, pero eso no significa que fíen sus progresos a una máquina. Si llevas unos años de vida sedentaria y decides ponerte a hacer series de sentadillas, comprobarás que al día siguiente tendrás agujetas, con y sin electricidad. Saber qué parte de la mejora se está produciendo por la intensidad que apliques al ejercicio o por el uso de la electricidad, es complejo y hay estudios para todos los gustos.

La famosa atleta de CrossFit Sara Sigmundsdottir entrenando con un una Compex, una de las marcas más reconocidas de electroestimulación muscular.

¿Cómo elegir una buena máquina de electroestimulación?

Hablamos de material caro, desconozco el precio que tiene el aparato más barato que guarde las calidades mínimas, pero cuenta que vas a partir de los 200 Euros aproximadamente. Sí te lo estás planteando, la marca Compex es sin duda la líder del mercado y tiene una gama de productos muy amplia y fiable. Ponte en manos de un vendedor especializado que sepa orientarte, muchas de las funciones de los modelos más caros de cualquier marca, son irrelevantes para un deportista aficionado. En ocasiones solo con utilizar la electroestimulación para aplicarte un masaje relajante, ya justifica su compra. Si buscas resultados más medibles y científicamente testados, igual deberías invertir en creatina, por ponerte un ejemplo. En cualquier caso, no pierdas el foco: no hay nada que sustituya a un buen entrenamiento de fuerza a la hora de ganar masa muscular. No hay atajos. Que la fuerza te acompañe.

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