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Blogs Fahrenheit 451 por Pablo Delgado

Los restos de un Estado socialista

Los restos de un Estado socialista
WALL09 BERLÍN (ALEMANIA) 2/10/2009.- Fotografía de archivo de agosto de 1961 de la construcción del Muro de Berlín en la calle Bernauer de Alemania. Mañana, 3 de octubre de 2009, se celebra el día de la reunificación de Alemania. El Parlamento alemán aprobó hoy, 2 de octubre de 2009, la construcción de un monumento a la libertad y la unificación que rinda homenaje a la revolución pacífica que la extinta RDA vivió hace hoy 18 años y que concluyo con la caída del muro de la "vergüenza" que dividió Berlín y Alemania de 1961 a 1989. EFE/STR
Pablo Delgado el

Un Estado socialista (o república socialista) se declara dedicado a la construcción del socialismo o el tránsito hacia una sociedad comunista. Sus políticas están orientadas a la creación de una economía centralizada, planificada y que aplica un modelo de distribución de bienes de consumo con un criterio -en principio- de igualdad.

Los marxistas-leninistas utilizan esta denominación para referirse a un Estado bajo control de un solo partido que organiza los asuntos económicos, sociales y políticos hacia la construcción del socialismo. Actualmente quedan todavía algunas reminiscencias de este tipo de gobierno, que más que gobernar son una utopía que llega a convertirse en distopía para la mayoría de sus ciudadanos.

La República Democrática Alemana (RDA) en el periodo de posguerra fue uno de los máximos exponentes de este sistema de Estado. Un estado socialista que existió en Europa Central durante el período de la Guerra Fría y que se formó en 1949 en el territorio de Alemania que se encontraba bajo ocupación soviética desde el final de la Segunda Guerra Mundial, y continuó existiendo hasta 1990, cuando su territorio se incorporó a la República Federal de Alemania (RFA) durante la reunificación alemana.

Desde finales de 1948 los movimientos de los partidos políticos en la Trizona llevaron a la fundación de la República Federal Alemana (RFA) en el mes de mayo de 1949 y a la celebración de Elecciones federales en el mes de agosto. Un mes después se constituía un gobierno bajo la dirección del conservador Konrad Adenauer. Estos acontecimientos cogieron por sorpresa tanto a los soviéticos como a las autoridades alemanas de la zona oriental: La creación de un estado alemán por parte de las potencias occidentales fue visto por Moscú como un desafío, dado que el nuevo país se hallaba claramente enmarcado dentro de su zona de influencia y había sido fundado sin contar con la URSS. Por otro lado, en el marco de la cooperación aliada este hecho obligaría a los soviéticos a integrar su zona de ocupación en el nuevo estado alemán, y de este modo, la zona quedaría bajo jurisdicción de la RFA y fuera de esfera de su influencia soviética.

Pero los acontecimientos históricos se precipitaron y dicha unificación no se llevó a cabo. El 7 de octubre de 1949, la zona soviética se transformó en un nuevo estado alemán con la entrada en vigor de una nueva constitución y con ella, la proclamación de la República Democrática Alemana (RDA) con la capital en Berlín, que esta su vez, también quedó dividida. Lo que desencadenó el comienzo de otro tipo de guerra. Durante la Guerra Fría, el Bloque del Este, también llamado bloque soviéticobloque comunistabloque orientalbloque socialista y campo socialista, fue el conjunto de países socialistas en Europa Central y del Este liderado por la Unión Soviética y enfrentado al Bloque Occidental, integrado principalmente por los Estados Unidos y Europa Occidental.

Gobernada por el Partido Socialista Unificado de Alemania (SED) la principal formación política de la RDA, desde la fundación del Estado hasta las elecciones de 1990. Aunque oficialmente la RDA era un Estado multipartidista, en la práctica el SED tenía el monopolio político sobre el resto de partidos y organizaciones. Llegó a contar con casi 3 millones de militantes. El secretario general de su Comité Central era, a su vez, el jefe de Estado del país. Sus secretarios generales durante la RDA fueron Wilhelm Pieck y Otto Grotewohl (1946-1950), Walter Ulbricht (1950-1971), Erich Honecker (1971-1989) y Egon Krenz (finales de 1989).

Todos son unos acontecimientos históricos trepidantes, que no hay que olvidar y sobre todo estudiar, para que no estemos condenados a repetir aquellos argumentos que llevaron a la historia de Europa a vivir una de las épocas con menos libertades de su historia. Por lo que preservar, inspirar y explorar ese esencial. Esto lo hace desde Los Ángeles, en California (EE UU) el Wende Museum. Fundado en 2002 con la misión de preservar el arte, la cultura y la historia de la Guerra Fría en los países del Bloque soviético, consigue inspirar una amplia comprensión del período y así explorar su legado perdurable. Estudia la cultura visual y material del antiguo bloque del Este y, con distancia física y psicológica, ofrece múltiples perspectivas sobre esa historia compleja y polifacética que sigue influyendo en nuestro mundo.

Llamado Wende, una palabra alemana que significa «punto de inflexión» o «cambio» ha venido a describir el período transformador previo y posterior a la caída del Muro de Berlín en 1989. Hace referencia al periodo de cambio inmediatamente posterior a la caída del muro. Colecciona y conserva obras de arte, artefactos, archivos, películas e historias personales de la Europa del Este de la Guerra Fría y la Unión Soviética relacionados con el período 1945-1991.

Taschen ha reunido en una nueva edición (más asequible) la colección de Alemania del Este del Wende Museum. The East German Handbook es un volumen de carácter enciclopédico que incluye unos 2.000 objetos, en una exhaustiva muestra de objetos de arte, archivos y artefactos de la socialista Alemania del Este: símbolos oficiales y expresiones disidentes, singularidad y rutina, producción en cadena y creación artesanal, diversión y tragedia que muestran bajo el rigor y pragmatismo de Justinian Jampol, fundador y director ejecutivo del Wende Museum y profesor adjunto de historia en Claremont Graduate University, que centra su trabajo en el estudio de la cultura visual y la conexión entre el arte contemporáneo y la iconografía de los años de la guerra fría.

Saldos de un mundo que ya forma parte de nuestra historia acompañados de textos de investigadores y especialistas de toda Europa, Canadá y Estados Unidos que abordan temas tan dispares como la rutina diaria, la policía secreta, la sexualidad, los monumentos o los mapas, el cine, la música.

A través de sus más de 800 páginas y numerosas fotografías de la vida cotidiana y de actos públicos tomadas por los fotógrafos más prestigiosos de la RDA y durante sus capítulos categorizados, podemos sumergirnos de una forma visual en la vida de aquellos días politizados, en los que se ven la manera de aquellas personas que lo único que tenían que hacer era vivir.

El libro es un muestrario sociológico, histórico y gráfico de una época, en la que se muestra a través de fotografías, pósters, revistas, folletos, objetos cotidianos como cámaras fotográficas, uniformes, electrodomésticos, las compras diarias en los supermercados, libros de cocina, etc.

Los anuncios gráficos hacen referencia al progreso -relativo- en la utilización de unos gadgets de cocina que harán la vida mejor de los alemanes del este, todo ello bajo el estereotipo de una mujer enmarcada en la cocina. También los menús de los restaurantes, folletos de vacaciones, libros, se expresan a través de diseños funcionales en los que la ilustración predominaba, un modo de operar efectivo, que si se observa ben profundidad gozaba de un buen nivel gráfico para la época.

Cigarrillos, alcohol, familia, juguetes, coches (el genuino Trabant) todo estaba previsto y evaluado e incluso dónde y cómo debían vivir los ciudadanos del país. Las casas y su decoración, bajo la influencia de la bauhaus y el constructivismo ruso, buscaban diseños modernos y funcionales para los muebles y electrodomésticos, con el plástico como material dominante e industria principal, formaban el ideal de construcción de hogar para los ciudadanos de la Alemania socialista. A través de las revistas de estilos de vida podemos ver qué elementos decorativos utilizaban sus gentes, bajo la cultura del do-it-yourself. El diseño de los productos seguía los gustos estéticos modernos, pero los productos con precios exorbitantes, especialmente los productos electrónicos, a menudo los hacían inaccesibles.

En cuanto al diseño, desarrollaron una formal e independiente estética, muy particular en la que la influencia de periodos anteriores predominaba. Después de las protestas políticas en los años 50 se pasó de un diseño funcional, dejando atrás la estética bauhaus a un diseño más formal. Una estética modernista llegó a ser el lenguaje formal utilizado tanto en arquitectura como en productos de diseño, artes y moda.

Las revistas también tenían su influencia como Sibylle una publicación de moda que durante la feria de primavera y el otoño de Lepizig, corroboró ese estilo estandarizado para la moda. Das Magazin fue también uno de los puntos más importantes de las publicaciones de la Alemania del Este. Apareció por primera vez en enero de 1954. La publicación mensual pronto se hizo conocida, entre otras cosas, por sus portadas alegres, su selección de ilustraciones animadas e internacionales, el tono cosmopolita de sus artículos y cuentos cortos, su erótica la fotografía de los fotógrafos establecidos de la RDA, y, quizás, sobre todo, su escasez. Con una tirada limitada en gran parte dirigida a los suscriptores, muchas copias pasaron de mano en mano o se vendieron bajo el mostrador. La notable consistencia y atractivo de la publicación se debió, al menos en parte, a la fuerte impresión de Hilde Eisler como editora, los cientos de portadas estilizadas producidas por Werner Klemke y la editorial del artista Herbert Sandberg, todos los cuales pasaron muchos años en la cumbre. Das Magazin sobrevivió a la reunificación al adaptarse a nuevos lectores y una base publicitaria más amplia.

La música y el cine también tuvieron su capacidad de influencia sobre al población. Desde amiga records  discográfica de música popular hasta la DEFA (film studio), consiguieron entrar en los hogares. Los soviéticos valoraron el cine como un medio principal para reeducar al pueblo alemán a medida que emergía de los doce años de dominio nazi.

Fiel al ideal socialista, trabajar en un colectivo era una práctica común para los diseñadores. Por lo tanto, solo unos pocos nombres de diseñadores fueron conocidos y apreciados dentro de la RDA y menos fuera del país. Por lo que este libro es un gran acontecimiento visual e histórico de una época. En sus páginas se presenta una realidad que parece ficción, heredera de toda una tradición representada como auténtica. Un libro que se mide por sus valores culturales e ideológicos, como verdad, memoria e identidad. Una rareza visual extraordinaria que ayuda a comprender un poco mejor esa época histórica y visual.

The East German Handbook. Wende Museum // Taschen // Justinian Jampol //  816 páginas // Edición plurilingüe: alemán, inglés // 30 euros // 2017

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