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Blogs Puentes de Palabras por José Manuel Otero Lastres

La censura por el coronavirus

José Manuel Otero Lastres el

Ayer escuché, y creo que muchos de ustedes también, decir al Jefe del Estado Mayor de la Guardia Civil, el general José de Santiago que se controlaban los bulos y las noticias falsas “por un lado, para evitar el estrés social que producen estos bulos y, por otro, minimizar el clima contrario a la gestión de la crisis por  parte del Gobierno”. Como todos ustedes saben, el artículo 20 de la Constitución ha elevado a la condición de derechos fundamentales las libertades de expresión e información (párrafo 1, apartados a) y d), respectivamente).

Estas libertades no siempre son fácilmente distinguibles, pero conviene diferenciarlas porque no se trata de una única y misma libertad. La libertad de expresión hace referencia a la libertad para comunicar pensamientos, ideas, opiniones por cualquier medio de difusión ya sea de carácter general o más restringido (pasquines…). Mientras que la libertad de información se refiere a la comunicación de hechos mediante cualquier medio de difusión general. De lo dicho se desprende que la libertad de expresión conlleva un matiz subjetivo, mientras que libertad de la información contiene un significado que pretende ser objetivo. Y cuando expresión e información van unidas se considerará que nos enfrentamos a una manifestación de la libertad de expresión o, por el contrario, de la de información de acuerdo con el carácter predominante del mensaje.

Por otro lado, la conveniencia de diferenciar entre ambas libertades obedece también a que el artículo 20.1.d) exige que la información sea veraz, lo cual se ha interpretado como necesidad de veracidad subjetiva, es decir que el informante haya actuado con diligencia, haya contrastado la información de forma adecuada a las características de la noticia y a los medios disponibles.

Pues bien, a mi modo de ver, controlar los bulos es restringir más bien el derecho fundamental a la libertad de expresión que el de la libertad de información. Razón por la cual, en el tema de lo expresado en la red por los internautas hay más una afectación de la libertad de expresión que de información. En cualquier caso, ninguno de estos derechos, según la Constitución, puede restringirse mediante ningún tipo de censura previa (art. 20.2) y tienen como único límite el respeto a otros derechos fundamentales (art. 20.4).

Evitar el estrés social que producen los bulos o minimizar el clima contrario a la gestión de la pandemia del coronavirus por el Gobierno no son causas constitucionalmente admisibles para justificar la limitación a la libertad de expresión. Por eso, el control de los bulos que hace el gobierno es simplemente censura. Y nada más y nada menos que por un Gobierno que se autoproclama “progresista”.

Sobre la parte de la intervención del General relativa a minimizar el clima contrario a la gestión del Gobierno se ha escrito abundantemente. Pero hay pocos que se hayan detenido a valorar el “estrés social” como causa justificativa de la censura. Y sobre esta cuestión me gustaría recordar que nuestros tribunales no condenaron a individuos como Willy Toledo cuándo blasfemó gravemente contra Dios y la Virgen ni a César Montaña cuando dijo que le regalaría al Rey de España un “roscón-bomba”.

Al no condenarlos, los Tribunales optaron por no admitir implícitamente como causa para restringir la libertad de expresión la del “estrés social” provocado, en mayor o menor medida, según las creencias religiosas o políticas de la ciudadanía en los dos casos citados. Con esto lo que quiero decir es que el estrés que podrían provocar en la ciudadanía las afirmaciones de los dos individuos mencionados no fue suficiente para admitir la censura de su libertad de expresión. Pues bien, lo mismo sucede, en mi opinión, con la pandemia del coronavirus: no es causa constitucionalmente admisible para coartar la libertad de expresión. A lo que cabe añadir que para muchos el estrés social más que la pandemia lo provoca la gestión de la misma por el Gobierno, porque mientras la enfermedad es difícilmente controlable la gestión es manifiestamente mejorable. Y eso es lo que produce el estrés. Por eso, como ha dicho el general (los hombres de honor no saben mentir) les han encargado censurar la libertad de expresión por causa de “estrés social” y  minimizar las críticas al Gobierno por su gestión. ¡Censura pura y dura!

Política
José Manuel Otero Lastres el

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