La eurodiputada de ERC Diana Riba presentó una petición al Parlamento Europeo en la reclamaba a las instituciones europeas y los Estados miembros respetar el derecho “universal” a la autodeterminación. Es decir, esperaba que los ciudadanos europeos representados en el Parlamento de la Unión Europea reconociesen la existencia, nada más y nada menos, que de un derecho universal de “autodeterminación”.
La enmienda partía de que “el derecho a la autodeterminación es un derecho universal”. Sí, ese derecho, con el que nos vienen mortificando los independentistas y sobre cuya base fundamentan su delirante petición de independencia.
Pues bien, a pesar de que se trataba de “un llamamiento a las instituciones europeas y los Estados miembros a respetar y defender el derecho de los pueblos a la autodeterminación, así como las ambiciones culturales, identitarias, lingüísticas y las ambiciones democráticas y pacíficas de los ciudadanos europeos”, el resultado de la votación fue: 487 votos en contra, 170 a favor y 37 abstenciones.
Es decir de los representantes democráticamente elegidos de los casi 450 millones de habitantes de los 27 estados miembros de la Unión Europea (UE) decidieron libremente, por una aplastante mayoría, que el derecho de autodeterminación -y, por tanto, la independencia- es improcedente dentro del ámbito comunitario.
De las formaciones políticas que actúan en España, votaron a favor del reconocimiento de ese inexistente derecho los eurodiputados de ERC,los de PODEMOS, Bildu, el PNV, así como Carles Puigdemont, Toni Comín y Clara Ponsatí, de JxCAT. Y en contra, el PSOE, el PP y Cs que rechazaron la enmienda.
Pero como la profesión de los independentistas es dedicarse por entero a ello, seguirán insistiendo una y otra vez en que les asiste ese derecho. Menos mal que hay instituciones, como el Parlamento Europeo, que actúa con seriedad y que no tiene que mercadear con los votos de sus escaños.
Política