José Manuel Otero Lastres el 22 ago, 2015 Cuando se aprobó la presente Constitución yo tenía 31 años, por lo que soy de los que han vivido plenamente los 37 años de democracia que llevamos disfrutados. Esto significa que, lejos de hablar de oídas, tengo mi propia opinión directa, no por referencias, de los distintos personajes políticos que han ido ocupando los papeles protagonistas ya al frente del gobierno, ya en la oposición. Pues bien, el señor Antonio Hernando está siendo un portavoz del PSOE mediocre, pero no de “calidad media” (primera acepción de esta palabra), sino “de poco mérito, tirando a malo” (segunda acepción). Mi juicio se fundamenta en el modo desacertado en el que viene ejerciendo el puesto de portavoz, aunque estoy dispuesto a admitir que muchas o todas las directrices podrían venirle impuestas por el propio Secretario General, señor Pedro Sánchez. Veamos. Nada más hacerse público que mantuvieron una entrevista en la sede del Ministerio el ministro del Interior, señor Fernández Díaz, y el ex vicepresidente Rato, el portavoz de PSOE convirtió lo que era sin duda una innegable torpeza del ministro en un escándalo jurídico, del que pretendió obtener un jugoso rédito político que se acaba de “desinflar”. En efecto, basándose en el solo hecho de la entrevista, y sin tener el más mínimo conocimiento de lo tratado en ella, el señor Hernando presentó una querella contra el Ministro del Interior nada menos que por prevaricación, omisión del deber de perseguir delitos, y revelación de secretos. Y claro, como no podía ser de otro modo, la querella, según se dio a conocer ayer, fue archivada porque según la Fiscalía General de Estado tenía carácter prospectivo y carecía de soporte fáctico. Lo cual dicho llanamente significa que la querella fue la pura instrumentación jurídica de esa entrevista con fines políticos, ya que, lejos de denunciar hechos presuntamente delictivos, se hacían meras suposiciones con la sola intención de que la fiscalía pusiera en marcha toda su maquinaria para ver si era cierto lo que simplemente “sospechaba” el principal partido de la oposición. La segunda actuación desacertada del señor Hernando, estrechamente relacionada con la anterior, tiene que ver con la reciente afirmación de Mariano Rajoy de que tenía la firme convicción de que “PSOE y Podemos pactarán tras las próximas elecciones generales para gobernar”. El portavoz del PSOE le respondió diciendo que “Si Rajoy quiere hablar de pactos, que empiece por el de Fernández Díaz y Rato”. Y añadió: el señor Rajoy sabe que “Pedro Sánchez es el único candidato que puede ser presidente del gobierno tras las próximas elecciones”, añadiendo “al señor Rajoy esto le debe quitar el sueño y de ahí sus obsesiones”. Pues bien, han pasado solo unos días y la justicia ha convertido en imposible el primer deseo del señor Hernando: Rajoy no puede hablar del pacto entre Fernández Díaz y Rato porque ese supuesto pacto es, a juicio de la Fiscalía General del Estado, una simple sospecha sobre algo futuro carente de base fáctica. Pero el señor Hernando cometió todavía un error más sorprendente. Y es que si piensa que Pedro Sánchez puede ser presidente del gobierno tras las próximas elecciones generales solo puede ser porque está pensando en los pactos postelectorales entre el PSOE y Podemos (sabe perfectamente que el PSOE no tendrá mayoría absoluta). Por lo tanto, lejos de negar las palabras del presidente del Gobierno, las está confirmando, lo cual significa, en definitiva, que no se trata de ninguna obsesión de Mariano Rajoy, sino de aventurar una posibilidad bastante real. Otros temas Comentarios José Manuel Otero Lastres el 22 ago, 2015