José Manuel Otero Lastres el 18 jul, 2019 Como seguramente muchos de ustedes sabrán, Monseñor Renzo Fratini ha dejado de ser recientemente Nuncio Apostólico en España. Su nombre cobró actualidad porque en una entrevista con motivo de su despedida afirmó: “Sinceramente, hay tantos problemas en el mundo y en España…Yo digo que han resucitado a Franco. Dejarlo en paz era mejor, la mayoría de la gente, de los políticos, tiene esta idea porque han pasado 40 años de la muerte… No ayuda a vivir mejor recordar algo que ha provocado una guerra civil”. Tras estas declaraciones la vicepresidente Calvo, también conocida desde hace poco por el sobrenombre de “bonita”, intervino airadamente para decir que la opinión de Fratini era “una injerencia evidente. Un comportamiento absolutamente inaceptable”. Y añadió en la misma entrevista de respuesta que habría que revisar el tema de la fiscalidad de la Iglesia católica en España. Hoy, el director interino de la Santa Sede, Alessandro Gisotti, ha declarado: “Con motivo de la salida definitiva de España de Monseñor Renzo Fratini, tras la conclusión de su mandato, subrayamos que sus recientes declaraciones sobre el tema de la exhumación de los restos mortales de Francisco Franco han sido expresadas a título personal”. Lo que viene a suponer que el Vaticano se desmarca de la opinión del ex Nuncio. Esta postura del Vaticano es congruente con la que manifestó en su día al señalar que “el asunto concierne a su familia, al Gobierno español y a la Iglesia local”. Al tener plena libertad de expresión, y para dar cumplimiento al compromiso que tengo con los lectores de no silenciar las opiniones que me formo respecto de los asuntos de nuestra realidad política, manifiesto estar plenamente de acuerdo con lo manifestado por el ex Nuncio. No es la primera vez, ni seguramente será la última que la Iglesia española, nos haga saber su opinión sobre temas políticos. Sin ir mas lejos a finales del mes de mayo de 2017, el obispo de Solsona, monseñor Xavier Novell, manifestó que “el derecho a decidir de los pueblos está por encima de la unidad de España”, invitando a sus fieles a implicarse “en el proceso de participación ciudadana en la elaboración de la nueva Constitución”. Pues bien, la bonita Calvo, que en aquel entonces era una destacada militante socialista, había sido ministra, y, para más inri, es actualmente profesora titular de Derecho Constitucional, no reaccionó tan airadamente ni acusó al obispo Novell de injerencia inadmisible. Por lo cual, mi conclusión es que lo que molestó a la “bonita” no fue que el ex Nuncio hablara de la política interna de España, sino que les reprochara, como pensamos muchos españoles, que el tema de la exhumación de los restos de Franco da réditos políticos al PSOE, lo mismo que reciente iniciativa de reclamar la propiedad del Pazo de Meirás 80 años después de su adquisición por Franco. Resucitar el fantasma del dictador es políticamente una baza útil porque crispa, pero no debería olvidarse que también ahonda innecesariamente en el dolor de muchos y produce una sensación de insatisfacción al no poder ajustar debidamente cuentas pendientes con un pasado irreversible. Política Comentarios José Manuel Otero Lastres el 18 jul, 2019