En la imaginación de los turistas, Nueva Zelanda es la Tierra Media. Al pensar en aquel país inevitablemente asociamos sus paisajes a los de El Hobbit y El Señor de los Anillos. El efecto de los libros de Tolkien y la serie de películas de los últimos años ha sido contundente y seguramente durará tiempo. Los responsables de este sector de la economía en la isla lo saben, y no paran de hacer guiños en esa dirección. El último nos lleva al aeropuerto de Wellington…
Desde este lunes, dos enormes águilas se abalanzan sobre el edificio de la terminal principal, y sobre la espalda de una de ellas un Gandalf enérgico dirige las operaciones. Desde allí arriba parece tener una vista inmejorable de la sala de espera y las pistas de aterrizaje. Cada una de estas estatuas pesa una tonelada, tienen una envergadura de 15 metros y desde ahora acompañan a la instalación de Gollum en un peculiar “comité de bienvenida” con el que se encuentran los turistas que llegan a Nueva Zelanda.
“Gollum es ya un icono en todo el mundo. Esperamos que Gandalf y las águilas tengan la misma repercusión”, ha dicho Steve Sanderson, presidente ejecutivo del aeropuerto. Esta es la instalación de Gollum en el aeropuerto.
Estos son los datos claves de la nueva instalación, con Gandalf como protagonista:
Las águilas, moldeadas y fundidas, tienen mil plumas.
La más larga de las plumas mide 2,4 metros.
La envergadura de cada águila es de 15 metros.
Toda la instalación pesa un poco menos de 2 toneladas.
En este vídeo time lapse vemos con detalle el montaje de la instalación:
En este punto conviene recordar que, el año pasado, la compañía aérea Air New Zealand también recurrió al mundo de El Hobbit para crear el vídeo de las normas básicas de seguridad en sus aviones.
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