Christian Richter nació y creció en la antigua RDA. Tras la reunificación, de la que ahora se cumple un cuarto de siglo, muchos edificios de los que había conocido en su niñez se quedaron vacíos, sin vida. Hoy, a sus 36 años, desde su residencia en Jeßnitz, me dice que quizá fuera aquella belleza decadente la que le animó a dedicarse a la fotografía. Se enamoró de los espacios abandonados. Compró una cámara nueva y un trípode. Y, desde octubre de 2011, explora Europa en busca de nuevos rincones dejados de la mano de Dios. “Simplemente, adoro la arquitectura decadente, su textura. Cada uno de esos edificios tiene su magia”, afirma. Richter pretende hacer una exposición que recoja sus hallazgos en todo el continente. ¿Dónde están los lugares que ha fotografiado? Eso es secreto, dice. “No hago públicas las direcciones para que no vayan los vándalos, como medida de protección. He visto muchos lugares destruidos por los seres humanos, y yo prefiero que la naturaleza pueda hacer allí su trabajo, sin más”. Si quieres ver más fotos de Christian, puedes hacerlo en su Facebook y en su Instagram. Si te gustan las fotos de lugares abandonados, mira este reportaje, con instantáneas de todo el mundo.
EuropaFotografía