Paloma Cervilla el 17 feb, 2010 Desde que el presidente socialista de Castilla-La Mancha, José MarÃa Barreda, se atrevió a pedir un cambio en el Gobierno de RodrÃguez Zapatero con el argumento de que se necesitaban nuevos ministros para que se preocuparan de lo que realmente importaba en España, se abrió la veda para que los puñales salieran de las esquinas del Palacio de la Moncloa y de la sede del PSOE en Ferraz y ajustaran cuentas contra Zapatero o, lo que es peor, que las ratas (en sentido figurado) abandonan el barco antes de que se hunda definitivamente al grito de “yo ya lo advertÔ. A Barreda le siguió Jesús Eguiguren, presidente de los socialistas vascos, que no se le ocurrió otra cosa que justificar la tardanza de Zapatero en reconocer y actuar contra la crisis económica en su lentitud para darse cuenta de la realidad, recordando que eso ya le sucedió durante la negociación con ETA, cuando dijo en 2006 que el año siguiente serÃa mejor que el anterior en materia antiterrorista y, dÃas después, le estallaban en la cara dos coches bombas en el aeropuerto de Barajas con dos vÃctimas mortales. Pero lo peor es que Zapatero, cuando realizó esa optimista previsión, ya sabÃa que la negociación estaba rota, o sea, que mintió. A Barreda y Eguiguren se ha unido hoy el presidente de Baleares, Francesc Antich, que se fija ahora en el fracaso de la Conferencia de Presidentes, celebrada el 14 de diciembre de 2009, reprochando al presidente que se la podrÃa haber preparado mejor. A buenas horas mangas verdes. De todo esto, la conclusión que hay que sacar es que algo se mueve en el PSOE cuando al presidente, hasta los suyos, le faltan el respeto, polÃtico por supuesto. PD. Por cierto, hoy el ex presidente de Extremadura, Juan Carlos RodrÃguez Ibarra, se une al coro de voces crÃticas y llama a Zapatero “manirroto”. España Comentarios Paloma Cervilla el 17 feb, 2010