Si la campaña electoral durara algunos dÃas más, Esperanza Aguirre podrÃa estar en condiciones de merendarse a Ciudadanos en Madrid. En tan solo una semana de campaña, la candidata del PP a la AlcaldÃa de la capital araña cada dÃa un puñadito de votos al partido de Albert Rivera. Los sondeos internos del Partido Popular asà lo reflejan y la esperanza se ha instalado en el equipo de la candidata y en el cuartel general de los populares, que son conscientes de que el resultado en Madrid es clave para proyectarse en el resto de España con la vista puesta en las generales de noviembre.
Aguirre ha irrumpido en campaña con una estrategia basada en gestos mediáticos (el paseo en barca por el Retiro, la miniruta ciclista con Rajoy, las apariciones estelares en televisión) apuntaladas por su verbo suelto, sin complejos y con el desparpajo habitual que encandila a los suyos, y ahora parece que también a los indecisos peperos.
A la candidata popular no le han faltado recursos para sacar cabeza, ante lo que entendÃa como un cordón sanitario de los medios nacionales, según comentaban en su entorno. Ha concedido entrevistas a medios de comunicación ingleses para intentar un efecto rebote en la prensa española y todavÃa puede sacar algún conejo de la chistera para sorprender a los votantes.
No quiero pensar qué podrÃa pasar si Esperanza se acercara a la mayorÃa absoluta en Madrid o incluso la consigue. La resurección de la lideresa nos puede dar dÃas de gloria.
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