Al final, el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, ha tenido que rendirse a la evidencia. Que aquel “indecente” que le lanzó a Mariano Rajoy en un tono chulesco durante el debate de la campaña electoral fue una metedura de pata. Y yo añado, y un ejemplo de su inexperiencia polÃtica, más propia de un adolescente enfadado que de un polÃtico que puede estar llamado a presidir el paÃs.
Ahora se da cuenta que fue un error y de que el “tú y más” con la corrupción, procedente de quien tiene en sus filas el mayor caso que se conoce, como es el de los ERE, no puede pasear la virginidad de su currÃculum por ningún sitio como si fuera un mérito de guerra.

A Sánchez le ha fallado todo y ahora trata de justificarse culpando a todo el mundo de sus males, como hizo en un primer momento en la rueda de prensa de ayer, o ahora pidiendo perdón por la manera tan ruÃn con la que se dirigió al presidente del Gobierno.
Yo creo que después de que cante el gallo el 26 de junio lo veremos pedir perdón por otra de las tonterÃas que ha dicho, el ya famoso “no es no, y qué parte del no no entiendes”, con el que le negaba a Rajoy el pan y la sal para pactar con él. No hay otro camino, le guste o no, que pactar con el PP, y no puede hipotecar con su sectarismo el futuro de España.
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