En los últimos seis meses, en el London City Airport se han confiscado 72 globos de nieve en los equipajes de mano de los pasajeros, convirtiéndose en el segundo objeto potencialmente peligroso más requisado en ese aeropuerto.
Los snow globes, globos o bolas de nieve, son esas esferas transparentes con un líquido en su interior y unas partículas blanquecinas. Cuando se mueven con energía, parece que está nevando en tan reducido paisaje.
No se sabe muy bien donde aparecieron. Unos dicen que en Francia a comienzos del s.XIX, otros que en Viena, en el taller de instrumentos quirúrgicos de un tal Erwin Perzy hacia 1900. Quería el vienés ampliar la luz de la recién inventada ampolleta eléctrica (bombilla) y como hacían los zapateros con las velas, colocó ante la luz un globo de cristal lleno de agua que actuaba como una lupa. Fue a su nieto al que se le ocurrió meter en el agua copos de la sémola empleada en los alimentos infantiles. Al verlos caer lentamente, parecían que eran de nieve.
Sea como fuere, en la Expo Universal de París de 1878 hay constancia de la existencia de estos juguetitos, que en los años 20 del siglo 20 ya eran populares en Inglaterra. De allí saltaron a Estados Unidos, donde fueron utilizados en los años 40 como soportes publicitarios. Memorable es la aparición de un globo de nieve en el arranque del peliculón de Orson Welles “Ciudadano Kane” (1941) “Rosebud…”
Luego vino el plástico y el Made in China. La sustitución del agua, por aceite ligero, glicol, anticongelante… más o menos espesos, pero siempre líquidos. Y esto es lo que les hace altamente sospechosos a los ojos de la ley.
Desde que en agosto de 2006 la policía británica detuviera a 24 personas a las que acusó de pretender secuestrar varios aviones que cubrían el trayecto entre el Reino Unido y los Estados Unidos, y hacerlos estallar en pleno vuelo utilizando la mezcla de varios líquidos que daba como resultado un fluido explosivo, las medidas de seguridad se reforzaron en todos los aeropuertos del mundo. A partir de noviembre de aquel año, en la UE (además de Noruega, Islandia y Suiza) está prohibido llevar en el equipaje de mano envases de líquidos de más de 100 mililitros. Y la norma entiende por líquido (sic) “agua y otras bebidas, sopas, jarabes, cremas, pastas (incluida la pasta de dientes), lociones y aceites, perfumes, gel, como por ejemplo, gel de ducha o champú, contenidos de contenedores presurizados, incluidos espuma de afeitar, otras espumas y desodorantes, aerosoles, y cualquier otro de consistencia similar”. (Fin de la cita).
Y no importa que vayan llenos, vacíos o semillenos (semivacíos). Hace poco, en un viaje a Logroño que mi obligado a hacer en avión, me confiscaron un tubo de desodorante en pasta con menos de 10 mililitros de producto, pero que iban en un envase de más de 100. “Son las normas, caballero”.
Pues según estadísticas del London City Airport (LCY), el único aeropuerto situado en el centro urbano de Londres, entre enero y julio de 2014 se han requisado 72 globos de nieve, objeto potencialmente peligroso cuyas confiscaciones solo han sido superadas por las de mermeladas inglesas, aunque no se especifica si había más de naranja amarga (Seville orange) o de fresa (Strawberry Fields Forever).
He aquí la lista tal cual:
1 Mermeladas y conservas.
2 Globos de nieve
3 Vino
4 Vodka
5 Loción de manos/ leche corporal
6 Whisky
7 Raquetas de tenis
8 Tijeras
9 Balones de fútbol
10 Champán
11 Esposas
Nótese que también figuran en la lista las alarmantes raquetas de tenis, los orondos balones de fútbol y las esposas, concretamente cuatro pares. No las consortes (aunque alguna hay potencialmente peligrosa) sino las manillas para aprisionar las muñecas. Que terroristas haberlos, haylos, pero abundan más aún los sado-maso.
Así que cuidado con ese capricho pelín hortera de los globos de nieve, tentación de última hora en el aeropuerto. Si no hay más remedio, mejor comprarlo el día anterior y guardarlo en la maleta que se vaya a facturar.
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