El seis de enero de este año 2015 escribía un servidor este artículo para dar a conocer a Courtney Barnett. Hoy, 8 de diciembre, Courtney ha levantado el teléfono para escuchar la increíble noticia de haber sido nominada a los Grammy como mejor artista revelación. No puedo dejar de sentir un cierto orgullo de padre adoptivo por este pequeño canguro zurdo y genial que ha despertado en muchos la pasión adormecida por la música. El año comenzó para ella sin un minuto de descanso. Fue terminar la gira y meterse en el estudio para grabar Sometimes I Sit and Think and Sometimes I Just Sit (Marathon, 2015), once canciones furiosas, inspiradas, divertidas, un escalón más en su meteórica carrera:
La llaman “la Kurt Cobain australiana”. Al líder de Nirvana pocas veces le han encontrado quien le suceda, tal vez por ello la prensa internacional haya comenzado a toda máquina a hacerse eco de este ciclón llamado Courtney Barnett, una guitarrista y cantante zurda que toca con la izquierda -como Jimi Hendrix- y que ya se ha “graduado” con matrícula de honor en historia del rock cantando mano a mano, recién cumplidos los veintipocos años, con grandes grandísimos de la talla de Billy Bragg o Evan Dando.
Su estilo de rock de garage instalado sobre una base folk-pop es de una frescura tal que hace rejuvenecer al más aburrido de la vida del planeta. Su risa plena de juventud contagia, vaya si contagia. Los músicos consagrados que van poco a poco descubriéndola la adoran, sin excepción. Una nueva musa, muy joven todavía, llena de inocencia y entusiasmo, a la par que sabio manejo del ruido y la electricidad.
Solamente contamos con un doble EP suyo hasta la fecha en su corta y meteórica carrera, editado por el sello Milk! Records y reeditado conjuntamente: Double EP : Sea of Split Peas (Universal, 2013). Desde que se dio a conocer ahora hace dos años no ha parado de rodar por el mundo dando conciertos, incluida una presencia suya en el Primavera Sound del año pasado, tanto en España como en Portugal. Acaba de aterrizar en Melbourne de vuelta a casa tras una gira que ha terminado prácticamente, en su caso, con el año. La buena noticia: ya están grabando nuevo álbum para este 2015.
Courtney Barnett y aquel lógico autor del libro Begriffsschrift. Gottlob Frege, con sus metáforas imposibles: Courtney, como las dos caras de Venus, una matutina, cantando fresca por las calles recién regadas; y la otra vespertina, en la vorágine del festival, una Courtney Barnett electrificada hasta los dientes.
Aquí con Dave Faulkner, leyenda del rock australiano (Hoodoo Gurus) cantando de manera magistral a dúo un clásico de los también australianos Died Pretty, “Everybody Moves”.
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