5 pilares de RusiÁfrica

La segunda cumbre Rusia-África se celebrará en San Petersburgo los días 27 y 28 de julio de 2023, a la que se espera la asistencia de los líderes de la mayoría de los países africanos.

La primera de estas cumbres se celebró en 2019.

Al comienzo de la Operación Militar Especial (OME) de Rusia en Ucrania, el 24 de febrero de 2022, la Asamblea General (AG) de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) adoptó, el 2 de marzo, una resolución que exigía a Rusia el cese inmediato de sus operaciones militares.

De los 55 países miembros de la Unión Africana (UA), sólo 25 votaron a favor.

Semanas más tarde, el 7 de abril de 2022, la AG de la ONU adoptó otra resolución en la que se solicitaba la suspensión de Rusia del Consejo de Derechos Humanos de la organización.

De los miembros de la UA, sólo 10 votaron a favor.

La sorpresa y la perplejidad se apoderaron de los países de Occidente, que eran ignorantes de la profundidad y de la solidez de unas relaciones entre la Federación de Rusia y la mayoría de los países de África, que están impulsando a ambas partes a avanzar juntos.

Mención aparte merece la condescendencia, cuándo no, el racismo sin disimulos, de José Borrel, alias Josep Borrell, el responsable de la política exterior de la Unión Europea (UE).

En diciembre de 2022, Borrel afirmó, durante una sesión en el parlamento europeo, que había “visto en las pantallas de televisión a estos jóvenes africanos en las calles de Bamako [capital de Mali] con carteles que decían ‘[Presidente ruso Vladimir] Putin, gracias. Has salvado Donbas, y ahora nos salvarás a nosotros’. Es chocante. Se puede considerar que estas personas no saben dónde está Donbás, o tal vez ni siquiera saben quién es Putin“.

Cinco son las razones que explican la solidez de la asociación entre África y Rusia o RusiÁfrica, como se le califica en algunas capitales africanas.

En primer lugar, existe una historia, desconocida, entre Rusia y el continente africano, que se remonta al siglo XVI, cuando navegantes y comerciantes rusos se juntaban con habitantes de las zonas de África en las que éstos desembarcaban para comerciar y para rezar.

En segundo lugar, se encuentran la política y la diplomacia que Rusia y África han construido, en común, desde hace décadas.

En la actualidad, la Federación de Rusia mantiene relaciones con todos los 55 países miembros de la UA y tiene embajadas abiertas en, al menos, 50 de ellos.

Rusia ha invertido tiempo y esfuerzo en construir una relación robusta con los países africanos y con sus organizaciones en el continente africano, cuya receta ha sido la de prestar una ayuda inmensa a las naciones africanas siempre que ha podido.

Desde muchas capitales africanas se subraya que Rusia, potencia que cuenta con una posición sólida dentro del sistema de la ONU, tiene un pasado de “protección” de África, de sus naciones y de sus intereses, siempre que han surgido problemas o necesidades para ello.

Por último, dentro de este rubro, en África no se olvida que el Imperio Ruso no participó, en 1884 y en 1885, en la Conferencia de Berlín, que marcó el punto culminante de la competencia europea por el territorio de África.

Durante la década de 1870 y principios de 1880, naciones europeas, como Gran Bretaña, como Francia y como Alemania, empezaron a buscar en África recursos naturales para sus sectores industriales crecientes y un mercado potencial para los bienes que producían sus fábricas.

Estos gobiernos enviaron exploradores al continente para conseguir tratados que supusieron la expoliación de los pueblos indígenas, con la colaboración de sus supuestos representantes.

Del mismo modo, el rey belga Leopoldo II, que aspiraba a aumentar su riqueza personal adquiriendo territorio africano, contrató agentes para reclamar vastas extensiones de tierra en África central.

Rusia no tuvo nada que ver con todo aquello y en África, aún hoy, se recuerda.

En tercer lugar, la economía y los intereses comerciales compartidos entre África y Rusia explican la fortaleza de su vinculación.

Grandes compañías rusas están involucrándose en empresas mixtas junto a negocios locales africanos, Rusia está financiando proyectos en el continente africano y los bancos rusos están ayudando a la creación y al desarrollo de socios financieros locales suyos.

Asimismo, el espíritu que preside estas iniciativas es el de la igualdad en los términos, el de no actuar condescendientemente y el de buscar soluciones ganadoras para todas las partes involucradas.

Por todo ello, el clima que se ha generado entre la población africana durante los últimos años es el de una percepción positiva hacia Rusia y hacia sus iniciativas y hacia sus proyectos.

El cuarto de los fundamentos del concepto RusiÁfrica son la ciencia y la educación.

Los países del continente africano están necesitados, desde hace décadas, de formación de alto nivel para generaciones de su juventud y Rusia siempre ha ayudado en este terreno.

El sistema universitario ruso es estimado y admirado en África para la educación y para el entrenamiento terciarios de alto nivel y, no en balde, más de medio millón de líderes africanos han pasado por la Universidad Patricio Lumumba de Moscú y por otras universidades rusas, una gran parte, gracias a becas del gobierno ruso.

Por último, Rusia es un socio crítico para muchas naciones africanas en el terreno de la seguridad, que no sólo es un concepto que se refiera a la seguridad física y al entrenamiento de sus Fuerzas Armadas y a su equipamiento militar, sino que tiene mucho que ver con la ayuda rusa prestada a África para conseguir su independencia energética, a través de la construcción de plantas de energía y de plantas nucleares.