Duran desafía a Mas

.Duran anuncia que si pierde el referendo abandonará Unió y el ala soberanista votará no para mostrar su apoyo a la hoja de ruta de Mas y Junqueras.

El líder de Unió Democrática de Catalunya i principal socio de Artur Mas, Josep Antoni Duran i Lleida, ha anunciado que dimitirá de sus cargos en el partido si pierde el referendo interno que su formación celebrará el próximo domingo. El ala independentista de Unió cree que la pregunta es ambigua y engañosa, y votarán “no” para mostrar su apoyo a la hoja de ruta independentista que suscribieron Oriol Junqueras y Artur Mas.

Unió se juega la supervivencia en este plebiscito. Ante la hecatombe que espera a Convergència en las elecciones anunciadas para el próximo 27 de septiembre, la cúpula de los democristianos intenta obtener el apoyo de sus militantes para corregir la suicida marcha de sus socios. Es la última vocación mayoritaria de CiU, que con Jordi Pujol supo siempre mantenerse en el centro de la política catalana y abierta a pactar con todos. Así conoció sus mayorías absolutas y pudo llegar a acuerdos con Aznar y Felipe González. Hoy está arrinconada en su independentismo que no se cree nadie, y nadie quiere ni puede pactar con ella. Junqueras le niega a Mas la lista unitaria y hasta Unió prepara las maletas para marcharse.

Duran sabe que el independentismo no es mayoritario en Cataluña y siempre ha dicho que cuando los mítines de CiU se llenan de “estelades”, se les vacían las urnas de votos. El resultado de la campaña de 2012, la más soberanista de Convergència, fue que Mas perdió 12 diputados. Con la calculada ambigüedad de su pregunta, Duran y Unió busca recuperar al votante catalanista, sobre todo al que tiene dudas sobre la viabilidad del proceso, en su último y desesperado intento de que CiU regrese la centralidad. 

El sector secesionista del partido, encabezado por la presidenta del Parlament, Núria de Gispert, que pese a la relevancia institucional de su cargo se ha descarado en su campaña partidista en contra de Duran y en favor de Mas; el exconseller Joan Rigol y el diputado del Parlament, Antoni Castellà, han recomendado a los militantes que deseen expresar su indiscutible apoyo a la independencia que voten “no”.

Duran y su cúpula dirigente advierten del peligro que corre el partido si ésta es finalmente la opción ganadora. “Si gana el “no”, Mas incorporará a su lista “del presidente” -con la que va a presentarse a las próximas elecciones, para disimular las siglas carbonizadas de Convergència- nombres como Rigol, De Gispert y Castellà y nuestro partido desaparecerá ante la opinión pública. Y una cosa es que desaparezca Convergència, un movimiento de 40 años ligado a un nombre hoy desprestigiado como el de Jordi Pujol, y la otra que desaparezca un partido de 84 años, con su ideología y su reconocimiento internacional . Si gana el “no”, Unió no podrá condicionar desde fuera ni desde dentro este mayúsculo despropósito al que llamamos “procés”. 

Los principales líderes de Unió son igual de categóricos que Duran al afirmar que “si gana el “no”, queda desautorizada la dirección del partido, y no sólo Duran: también Espadaler (consejero de Interior y secretario general de Unió) y Pelegrí (consejero de Agricultura y presidente del Consell Nacional de Unió), y tendrían que dimitir del partido y del Govern”. 

José Antich, exdirector de La Vanguardia, explicó ayer al periodista Jordi Basté, director de las mañanas de Rac-1, que el presidente de la Generalitat tiene previsto para el viernes de la semana que viene -en el marco de la presentación de su candidatura electoral, sin las siglas de Convergència y trufada de independientes- cesar a los consejeros de Unió que hayan mostrado su apoyo a la pregunta inclusiva de Duran y por lo tanto su rechazo a la hoja de ruta rupturista acordada con Junqueras.

Si Duran y su equipo ganan el referendo, pedirán a Convergència negociar esta hoja de ruta, para condicionar cualquier declaración de independencia a la permanencia en la Unión Europea, y a que los partidos que se presentan con la independencia en el programa obtengan una clara mayoría de votos, y no sólo en escaños. “Si Mas no acepta estas condiciones”, señala un destacado dirigente del partido, “no tendremos más remedio que presentarnos por nuestra cuenta en septiembre”. 

No es que Unió piense que podría ganar las elecciones, pero si obtuviera seis o siete diputados, la ya de por sí precaria suma de candidaturas independentistas podría no alcanzar la mayoría absoluta (68) y éste sería sin duda el fin de la aventura.