El Barça recibía al Bilbao para demostrar que lo del Betis fue un accidente y demostrar que su mejoría era algo más que un espejismo. Los de Luis Enrique, últimamente, consiguen con su fútbol tan cambiante sorprender tanto al rival como a ellos mismos. Lo de Aleix Vidal fue en este sentido paradigmático en los primeros instantes del partido: en minuto y medio fue capaz de dar una asistencia que era medio gol, aunque ni Alcácer ni Neymar supieran poner su otra mitad, y de perder un absurdo y peligrosísimo balón en las inmediaciones de su área, que sólo la punta de los dedos de Ter Stegen y el palo pudieron evitar que acabara en gol.
Presión alta de los de Valverde que los azulgrana intentaban contrarrestar estirando a los dos laterales y buscando al hombre libre por dentro. Muy bien Ter Stegen como primer atacante de su equipo.
Sólo el Bilbao creaba peligro y en el minuto 11 Williams remató de cabeza, solo, desde el punto de penalti y con todo a favor para marcar, pero no estuvo acertado y la pelota salió desviada. El Athletic tenía el partido exactamente donde lo quería.
Pero el Barça es el Barça, Neymar es Neymar y en el minuto 18, Aleix Vidal le prestó una buena asistencia que el brasileño exprimió llegando hasta la línea de fondo y dándole un pase de la muerte exacto a Paco Alcácer, que desde el primer palo y de primeras consiguió el primer gol de la tarde. El mejor Alcácer del Valencia comparecía por fin en el Camp Nou.
Pero casi sin solución de continuidad, y para subrayar lo que es hoy el Barça, Piqué se hizo un grotesco lío con las piernas y perdió un balón altamente comprometido. Dentro del desastre, resolvió con temple la situación, con una falta rápida, fuera del área y que “sólo” le costó la cartulina amarilla gracias a la generosidad González González-. Al Barcelona le faltaba autoridad, control y grandeza. En el 28, hasta Umtiti, que nunca falla, perdió un balón que ingenuamente remató Raúl García y muy atento paró Ter Stegen. En el 30, un Piqué lento y maternal permitió a Williams conectar un buen disparo desde el límite del área pequeña que otra vez rechazó el portero alemán con una parada de gran mérito.
Al Barça le costaba horrores salir y sólo podía presumir del marcador. Y a partir del minuto 40 un poco más, cuando Messi chutó una falta que parecía un córner y que Iraizoz se comió con patatas, aunque hay que decir que Raúl García le tapaba. Cinco de los siete goles que le ha marcado Messi a Iraizoz han sido de falta. Neymar en el 42 estuvo a punto de conseguir el tercero pero no pudo culminar su hermosa jugada.
Injusto resultado para el Athletic, que se estrelló contra Ter Stegen y la mala suerte. Presidía el palco Carme Forcadell, con un abrigo muy de Elena Ceaucescu.
Tras el descanso, Mascherano sustituyó a Piqué, con una sobrecarga en los abductores de la pierna izquierda. A los pocos minutos, Rafinha chocó con la bota de Ter Stegen y la ceja empezó a sangrarle de tal manera que no pudo continuar. Rakitic entró en su lugar. Las cejas se abren al menor golpe porque la piel es muy fina y sangran mucho porque es un área especialmente vascularizada. Y en el 62 pasó lo que nunca pasa: y es que para la sorpresa de todos, Messi fue sustituido. Con dos cambios forzados, pareció extraño que Luis Enrique gastara el último tan temprano. Lo más probable es que técnico y jugador tuvieran pactado jugar sólo una hora. Messi no había sido sustituido sin sufrir lesión o molestias desde el 21 de octubre de 2014, la primera temporada de Luis Enrique. A todo esto, Aleix Vidal consiguió el tercero desde la frontal del área después de dibujar una bella diagonal. Tres remates, tres goles. El Barça durmió y ganó. A veces pasa.
El Bilbao mereció más pero no tuvo el acierto que tuvo el Barcelona en las áreas: Ter Stegen lo paró todo e Iraizoz está mayor y no pudo con casi nada. Arriba, el Barça lo metió casi todo y el Bilbao nada de nada, y así, por muy bien que planee los partidos Valverde, es imposible ganar. De todos modos, los de Luis Enrique tienen que mejorar mucho si no quieren hacer el ridículo en Europa.
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