Si dedicas tus horas muertas a navegar sin rumbo fijo por Internet sabrás que se encuentra literalmente de todo. Hace unos días leía en una página web extranjera (era en inglés pero desconozco el país de origen) un artículo titulado ‘los cinco mejores ejercicios de espalda para mujeres’. Este enunciado me hizo clicar, gesto con el que supongo que el autor ya se dará por satisfecho. El contenido no era otro que versiones dulcificadas (mucha banda elástica, mucha mancuerna de colorines) de ejercicios normales y corrientes que puede hacer cualquiera, independientemente de su sexo. Lo siguiente que hice fue comprobar qué ocurría si buscaba contenidos tipo ‘los mejores ejercicios de hombro para mujeres’, ‘los mejores ejercicios de brazos para mujeres’ etc. Me sorprendió la impresionante cantidad de artículos redactados bajo este enfoque, tanto en español como en muchas otras lenguas, algo que me tranquilizó y me deprimió a partes iguales ya que es fácil comprobar que la tontería es universal y no el reino de unos pocos.
Estos listados de ejercicios se acompañaban por supuesto de fotos o vídeos que, salvo alguna honrosa excepción, tenían como denominador común el asociar entrenamiento y mujer a un estereotipo que no consigo entender muy bien, sobre todo en una sociedad donde la lucha por la igualdad la tenemos hasta en la sopa.
Embarazo, menstruación… Y punto.
Los dos únicos motivos estrictamente relacionados con el sexo femenino que pueden condicionar el tipo de entrenamiento o ejercicios y su intensidad son el embarazo y la menstruación. En lo que respecta al primero, hay que normalizar que una mujer embarazada haga ejercicio, pese a todo existe mucha gente que se asusta si lo ve y no duda en recomendar que ‘mejor quietecita’, que en su estado debe descansar. Esta bobada sale de bocas tanto de mujeres como de hombres. Respecto a la menstruación, es real que en función a la fase del ciclo menstrual existen intensidades y tipos de ejercicios que pueden venir mejor aprovechando los cambios hormonales que se producen. Por supuesto que esto cobra más sentido cuanto mayor es el nivel de rendimiento físico exigido a un deportista, y en atletas de élite se tiene bastante en cuenta, o al menos se debería.
Si estás pensando que la menopausia es algo que juega un papel muy importante a la hora de entender el cuerpo de la mujer en el ejercicio físico, tienes toda la razón. Pero también existe la andropausia y en ambos casos suponen una aceleración de la sarcopenia que, aunque es más acentuada en el caso de las mujeres, es común a todos los mortales y contra la que debemos luchar con una receta también válida para ambos sexos: el entrenamiento de fuerza, el de verdad, no el de chicas de veinte años con cuerpos perfectos y mancuernas rosas de dos kilos, como las que se vemos en todos esos artículos de ejercicios ‘específicos’ para mujeres. Tampoco el suelo pélvico es algo exclusivo de la mujer, y quien crea que no debe preocupar a los hombres debería actualizarse un poco. Llámame loco, pero a mi me gustaría ver más contenidos así:
HIP THRUST WOMAN MOTIVATION
No Description
No estoy negando que existan consideraciones a tener en cuenta según el sexo. Me atrevo a recomendarte el libro ‘Mujeres en forma’ de Alberto García Bataller, quien ha sido entrenador del equipo olímpico femenino de triatlón en los Juegos Olímpicos de Atenas y Pekín y es doctor en Ciencias de la Actividad Física y Deporte. Sabe de lo que habla. Son más de doscientas páginas dedicadas específicamente al entrenamiento de la mujer, por lo que igual piensas que destroza por completo mi defensa de la igualdad de sexos, pero me reafirma, ya que detalla pormenorizadamente las cuestiones a tener en cuenta derivadas de ciclos vitales específicos de la mujer y sus cambios hormonales. Incide en muchas ocasiones en la importancia del entrenamiento de fuerza en la mujer y, sobre todo, no basa lo que expone en cuestiones de capacidad ni de estética, que para mí es donde está el problema.
Buscar ejercicios basados en que te resulte fácil o que cambie una parte de tu cuerpo que no te gusta, no funciona
La naturaleza nos ha dado mayor capacidad para hacer dominadas a los hombres que a las mujeres. Que a un hombre le cueste menos, no quiere decir que una mujer no deba hacerlas o pueda entrenar para conseguir su primera dominada. No debemos eliminar un ejercicio porque nos cueste, ni valorar si es adecuado para mí porque a otra persona le resulta más fácil. Si me pongo a entrenar sentadillas pesadas con Lydia Valentín y aplico esta absurda lógica, llegaría rápidamente a la conclusión de que es un ejercicio para chicas, y que yo mejor me centro en hacer sentadillas con unas gomas elásticas de color lila, que es la adaptación ‘para hombres’.
En el terreno estético está el otro problema. Las caderas, los glúteos, los brazos flácidos preocupan a muchas mujeres, porque son las zonas del cuerpo donde la acumulación de grasa y la falta de masa muscular es más habitual. Esto hace que las rutinas de glúteos, o para evitar las ‘alas de murciélago’ se comuniquen con un enfoque femenino en la mayoría de las ocasiones. Bien, siguiendo en el territorio del absurdo, como soy un hombre y en nuestro caso la acumulación de grasa que más rápido aparece es la de la franja abdominal, podría argumentar que los abdominales son ejercicios para hombres. Soberana chorrada ¿no? Cualquiera que lo piense lo entiende, pero estoy convencido que igual que se identifica lo débil de este argumento cuando hablamos de abdominales, no ocurre lo mismo cuando vemos hacer un peso muerto pesado. ‘Eso es de tíos’ y ya no solo de tíos, eso es de machacas hipertrofiados o puestos hasta arriba de esteroides… Y es lesivo. Sin embargo el peso muerto es uno de los ejercicios más recomendables para toda la población y es una herramienta maravillosa para fabricar, entre otras cosas, culos duros y firmes, tanto en mujeres como en hombres ¿o es que tener glúteos como piedras es exclusivo de un sexo? ¿Y unos brazos fuertes? ¿A alguien le gusta tener una espalda débil? El dolor lumbar ¿se lleva mejor si eres mujer u hombre? ¿Ser autosuficiente en tus últimos años de vida interesa a todos o solo a algunas o algunos o ‘algunes’? Por favor, que no te vendan la moto. Haz ejercicio enfocado hacia tu salud, y que la fuerza te acompañe.
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