La base de la infografía ha sido la geometría analítica, una rama de la geometría desarrollada y utilizada por primera vez en 1637 por René Descartes. Descartes utilizaba el álgebra para resolver problemas de geometría, formular ecuaciones para representar líneas y curvas y representar un punto en el espacio mediante un par de números. Las coordenadas cartesianas y otros aspectos de la geometría analítica fueron utilizados posteriormente por el escritor y científico escocés William Playfair para convertir datos estadísticos en gráficos simbólicos. De este modo, Playfair creó una categoría nueva de diseño gráfico, actualmente llamada “infografía”.
La infografía nació como una forma de contar historias que no encajaban en los formatos periodísticos clásicos: texto y fotografía. Actualmente podemos encontrarnos con gráficos que son en sí mismos historias completas. Podemos acceder a gráficos como fuentes de conocimiento en tiempo real a medida que llegan los datos y se analizan antes de su publicación. Los gráficos son hoy componentes con sentido propio de categorías periodísticas enteras, desde las iniciativas explicativas hasta las de investigación. Y se podría argumentar que los gráficos son esenciales en un entorno en el que, con frecuencia, la verdad se ignora como si solo fuera un punto de vista. La infografía periodística ha tenido como único objetivo la comunicación efectiva de hechos de la realidad, cualquier otra motivación la hace perder el rumbo y la vuelve ajena a la audiencia.
Hoy en día encontramos infografías por todas partes: diariamente se elaboran gráficos en grandes cantidades, y su uso se ha convertido en habitual en muchas disciplinas e industrias, como la ciencia, los negocios y la educación. Su creación se ha seguido popularizando y podría decirse que todo el mundo visualiza información de un modo u otro. Por tanto, los gráficos tienen la capacidad de narrar relatos importantes, explicar noticias y conceptos a los lectores y traducir la información que nos proporcionan los datos acerca del mundo, dando como resultado la proyección narrativa que subyace a una situación compleja utilizando la sencillez de una imagen. Cuanto más confiamos en los datos para entender el mundo que nos rodea, más importante es garantizar que las visualizaciones proporcionen a la audiencia la información que necesitan para interpretarlas.
El diseño de información tiene una gran variedad de raíces disciplinares. Pero, qué entendemos por diseño de información, según Vince Frost, diseñador que trabajó en la prestigiosa agencia Pentagram:
“Es la organización y visualización de información, mensajes, o narraciones en una jerarquía ordenada. Un viaje por la información es presentar el contenido de un modo claro, único y atractivo, apelando y apuntando a los sentidos mediante el uso de elementos como el tipo de letra, el color, las imágenes, el tiempo, la luz, las texturas y los materiales, entre otras cosas, para avisar, enseñar, explicar, entretener o dirigir”.
Nigel Holmes (1942, Swanland, Inglaterra) es uno de los infografistas más importantes del mundo. Un gurú del diseño de información y de cómo plasmarla en la página impresa. Es un entusiasta de los iconos y los pictogramas que optó, desde muy temprano, por convertirse en parte esencial de su trabajo. Con un aire al pintor británico David Hockney, Holmes se ecuentra detrás de sus gafas redondas, de color azul; sus camisas y pantalones, invariablemente del mismo color; su característico peinado… Todo es parte de una imagen fácilmente reproducible en forma de caricatura de trazos geométricos. De 1966 a 1977 trabajó como ilustrador independiente y diseñador gráfico para clientes como British Broadcasting Corporation, Ford Motor Company e Island Records. Su trabajo apareció en New Scientist, Radio Times, The Observer, Daily Telegraph y The Times. En 1977, el director de arte Walter Bernard lo contrató para trabajar en el departamento de mapas y gráficos de la revista Time, donde Holmes se convirtió luego en director de arte durante más de una década.
Admirador de Richard Hamilton, un pintor británico considerado una de las principales figuras del arte Pop. El estilo de Holmes consiste en aclarar, lo que significa que el diseño de información no consiste en añadir más elementos a una composición, sino en tomar la complejidad e irla despojando de detalles irrelevantes hasta que solo haya sobrevivido lo esencial. Es en ese momento cuando lo relevante se hace visible, claro, inequívoco en su trabajo.
Pocas veces podemos ver su trabajo reunido y poder ver de forma global cómo es su pensamiento gráfico. Ahora en un libro loco, pero muy loco, podemos ver su trabajo excepcional. Con Crazy Competitions. 100 ritos extraños y maravillosos de todo el mundo (Taschen) podemos disfrutar como niños, a través de una forma visual mediante los magníficos gráficos elaborados por el diseñador. Una representación gráfica de un mundo loco en el buen sentido de la palabra, ya que nos muestra competiciones y tradiciones raras y muy extrañas de las que forma parte el ser humano. Un ser humano que en su afán de competir y divertirse, crea eventos como arrojar ratas congeladas los unos a los otros, o construir barcas con latas de cerveza, organizar carreras con caracoles o con las esposas a cuestas, los asombrosos detalles del buceo en las turberas de Gales, el arte de tragar perritos calientes en Estados Unidos, lanzarse tomates en España, o las claves para ser el primero en hacer llorar a un bebé en Japón. La cuestión es que los seres humanos llevan mucho tiempo haciendo alarde de su creatividad en rituales y competiciones alocadas, extraños y, en ocasiones, simplemente increíbles. Para demostrar de qué somos capaces con tal de mantener nuestras costumbres competitivas, Nigel Holmes ha utilizado el poder del humor en Crazy Competitions, un viaje visual excéntrico y muy divertido por todo el mundo, en busca de esos eventos descabellados, explicados con la ayuda de su brillantes infografías.
En ellas se aprecia un gran valor de investigación documental en el que el lector descubrirá la información impresa que se basa en la jerarquía, la estructura, legibilidad y navegación, en una única imagen o secuencia de imágenes para transmitir los complejos o simples conjuntos de tradiciones del mundo.
Holmes diseña información muy bien organizada, colocada en una estructura bien representada, aplicando una jerarquía clara que ayuda a comunicar la información y el contenido. Siendo un maestro del uso creativo de la jerarquía y la estructura que permite al diseñador construir un movimiento fluido alrededor de la página; un gesto por así llamarlo. El uso de la escala, la colocación y la prominencia de ciertos componentes produce páginas vivas y atractivas. Aplicando, además, la legibilidad y la fluidez, dos elementos muy importantes para comprender el mensaje a expresar ya que presenta de manera correcta, la información.
Las infografías de Holmes miden el tono adecuado y seleccionan los formatos más eficaces para transmitir un mensaje o una información, es una parte vital en el proceso de diseño. El diseñador edita e interpreta esas historias para que el público las entienda con claridad con la tarea de desmontar los datos, analizarlos y luego volverlos a montar de un modo simplificado y excelente. Convierte lo ordinario en extraordinario. Aisla porciones individuales de información propiciando un resultado para el usuario que puede descodificar e interpretar rápidamente el material de un modo coherente y muy práctico.
Crazy Competitions es un libro que fomenta la curiosidad, cargado de sentido del humor. Un sentido del humor (fundamental en el trabajo de Nigel Holmes) que sirve para ayudar a la gente a entender un poquito más el mundo en el que vive. Dirigido a un público general pero también a todo diseñador que quiera disfrutar e inspirarse con el gran trabajo del diseñador inglés. Un libro que provoca más de una sonrisa, además de informar, por lo que el interés cultural está garantizado, además de fomentar la memoria y la complicidad del lector. No es un humor que arranque carcajadas, es algo mucho más sutil, un pequeño detalle divertido o una broma de buen gusto como estas locas competiciones. Como dice el enunciado de esta entrada, hago referencia a esa maravillosa comedia de 1963 dirigida por Stanley Kramer: It’s a Mad, Mad, Mad, Mad World.
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