Muchos pensamos que no estamos hechos para el dibujo. Que el dibujo es cosa de otros. De aquellos que saben dibujar. Pero si nos paramos a pensar y reflexionamos un poco, estamos equivocados los de la postura del no sé dibujar. Trazar en una superficie la imagen de algo, todos somos capaces de hacerlo, como el hecho de escribir. Si se enseña, todos aprendemos a escribir. Entonces, con dibujar pasa lo mismo. Luego estaría (como la letra) de si ese dibujo es bonito, feo, se entiende, o simplemente intenta expresar una idea o una imagen determinada. Lo que se debe enseñar es a aprender a pensar en imágenes, a educar la mano para poder plasmar dibujos. Luego está la práctica, la dedicación o ese puntito de más que algunos tienen. Pero si le preguntas a cualquier ilustrador, siempre te dirán que es muy importante el trabajo, el dibujar todos los días, y gracias a eso vas encontrando y educando tu trazo, adquiriendo así una forma de dibujar.
En la actualidad, estamos rodeados de imágenes más que nunca. Las captamos y las compartimos, y a veces, las creamos a través de nuestros dispositivos electrónicos. Pero puede haber algo mejor que eso, y es la de crear tu propia imagen a través del trazo que sale de esa punta del lápiz que tú manejas, que tú le das ordenes y le dices a dónde ir. Hay que ser realistas, no pretendo que todos seamos artistas e ilustradores de gran reputación, pero por qué no aplicar el dibujo en tu vida diaria o en tu trabajo sin querer ser un artista.
Actualmente está proliferando el visual thinking en el entorno laboral. Una técnica metodológica que sirve para organizar y representar nuestros pensamientos a través de los dibujos que realizamos y compartirmos para lograr objetivos comunes. Una forma de mostrar el potencial del diseño aplicado al ámbito de los proyectos de diseño o la facilitación, y también las posibilidades del dibujo como herramienta para transformar los negocios. «Las ideas que no se hacen realidad, no son buenas». En necesario encontrar el poder de lo visual en el ámbito profesional. Consigue abrir las mentes de esos trabajadores que buscan una solución. Un método que en las profesiones creativas lleva muchísimos años implementado y que en las última década se ha extrapolado a otras ramas sectoriales.
Rafa Vivas (Madrid, 1970) lo explica muy bien en el libro que ha publicado junto al ilustrador Puño (Madrid, 1978), en Visual Thinking Works (Lunwerg). El Director Creativo de XPLANE para España y Latinoamérica que ha recibido el reconocimiento de la Fundación Bill & Melinda Gates por el diseño de la cartilla de vacunación en formato visual, nos adentra y abre la mente en la metodología del visual thinking. Muchas veces he visto en las empresas esos post-it de colores que inundan las paredes de las oficinas, y no era una nueva forma de decorarlas sino una forma de trabajo efectiva que en sectores como el tecnológico ayuda mucho en las estructuración de contenidos y consecución de objetivos. Una forma diferente y creativa para poder enfocar las reuniones a través de imágenes.
Queramos o no, los seres humanos somos analógicos, no hemos nacido con un móvil debajo del brazo que nos haga todo. El mero hecho de coger un lápiz e intentar dibujar una idea, es algo que enriquece y ayuda mucho más a encontrar soluciones. Siempre hemos utilizado el dibujo desde tiempos muy remotos como una forma de expresión de comunicación, para luego seguir hacia una vertiente más artística. Desde muy atrás el ser humano siempre ha mostrado un gran interés por la visualización, desde las antiguas pinturas rupestres, pasando por los antiguos mapas babilonios, hasta la aparición del primer gráfico en 1786 realizado por William Playfair, hecho trascendental que cambió el modo de representar la información, apareciendo así por lo que conocemos hoy como infografías.
La aparición de la metodología Visual Thinking en las actividades de las organizaciones es producto del trabajo de muchas personas que han contribuido a su difusión como por ejemplo los clásicos Rudolf Arnheim o Edward Tufte, que con su experiencia y forma de ver las cosas son esenciales para entender este método visual al que se recurre para comunicar y pensar. «Tú eres el dueño de tus ideas, de la misma manera que eres el dueño del modo en que esas ideas se llevan a la práctica», escribe Vivas. Y el objetivo principal es el de conseguir que el grupo de personas al que te diriges, tenga esa imagen que tu piensas y dibujas, en su cabeza.
Visual Thinking Works es un libro ameno, práctico y muy visual, acompañado además con las ilustraciones siempre graciosas, cercanas y efectivas de Puño, con las que es capaz de transmitir mucho economizando el trazo y el color. Ayudan a entender una metodología y un perfil profesional que está en alza, el del visual thinker, aquel que es capaz de conceptualizar ideas, «entendiendo lo que un grupo está expresando, o convirtiendo elementos abstractos en imágenes y diagramas», todo ello sin la necesidad de ser un artista en el dibujo, simplemente con el objetivo de ayudar a los demás a pensar con imágenes, gracias a un Vivas que enfoca el libro desde un pragmatismo visual, estructurándolo en 6 pilares, fases o pisos: mapas mentales, diagramas, dibujos, secuencia, metáforas visuales y sketchnoting.
Pero, sobre todo destaca, esa motivación que transmite al lector para que se quite esa banda de los ojos del no saber dibujar, ofreciendo ejercicios y consejos para poder llegar a empezar un camino visual, no solo en el concepto de ideas y pasarlas al trazo, sino también de estructurarlas y organizarlas a través de secuencias, como si se fuera un autor de cómics. En definitiva, un buen libro para visualizar ideas, animarse sin miedo alguno con el dibujo, y sobre todo, para intentar poner en práctica esas ideas que tenemos en la cabeza y que si no compartimos y llegamos a transmitir bien se quedarán en absolutamente nada.
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