El desafÃo que puede tener un detective concreto (en la literatura), es el de poner orden en el caos: brindar una explicación racional para un conjunto desconcertante de circunstancias, proteger (o al menos vengar) a los más vulnerables y demostrar que las reglas de la sociedad, e incluso de la naturaleza misma, no pueden pisotearse impunemente. Al hacerlo, el detective exitoso restablece en el lector la reconfortante sensación de justicia y juego limpio. Hacer que todo parezca fácil es simplemente la parte divertida.
El triunfo de la racionalidad y la virtud en un mundo oscuro y violento y cómo la atención minuciosa de los protagonistas al mundo fÃsico… nos recuerda la causa y el efecto en esta sociedad desordenada y las ondas que se extienden hacia afuera a partir de nuestras acciones. En ese mundo oscuro se encuentran personajes que arrojan o por lo menos intentan buscar algo de luz y desenmarañar aquello que se ha hecho un ovillo para asà poder llegar a la verdad.
Esos pueden ser los detectives (en la literatura). Los hay -y los ha habido- de todas clases dentro de la historia de la literatura de género negro, pero como en todo, primero hubo de haber unos pioneros. Colonos literarios que se fueron abriendo paso en los diferentes géneros para ir creando nuevos personajes, como es el detective inusual el tÃo Abner.
Creado en 1911 por Melville Davisson Post (1869-1930) conocido escritor norteamericano de relatos policiales protagonizados por distintos detectives. El más popular de todos fue el tÃo Abner. Davisson Post nació en el condado de Harrison en Virginia Occidental, el escenario de los cuentos del tÃo Abner. Después de obtener un tÃtulo en artes en la Universidad de Virginia Occidental, se dedicó al derecho y obtuvo su licenciatura en derecho. Fue mientras ejercÃa la abogacÃa cuando escribió sus primeros cuentos sobre un abogado sin escrúpulos llamado Randolph Mason.
Sus tramas eran sencillas y de ritmo rápido, lo que dio lugar a las revistas pulp de los años 30. Mason es un abogado tranquilo, sereno e inteligente que aconseja a sus clientes sobre cómo evitar el procesamiento utilizando lagunas legales, incluso aconsejando a un cliente que cometa un asesinato y luego defendiéndolo después. Debido a problemas de salud, abandonó la abogacÃa y se convirtió en escritor a tiempo completo, cuyas historias de misterio ahora llenan diversas colecciones, como son las del tÃo Abner, Randolph Mason y Sir Henry Marquis.Â
Davisson Post habÃa escrito casi dos docenas de cuentos sobre el tÃo Abner, al que muestra como un sabio que busca justicia en la zona rural del oeste de Virginia cerca de los Apalaches, antes de la Guerra Civil de Estados Unidos. El narrador de las historias suele ser principalmente el sobrino de Abner, que describe a su tÃo como uno de esos hombres austeros y profundamente religiosos que fueron producto de la Reforma. Siempre llevaba una Biblia en el bolsillo y la leÃa donde le apetecÃa. Una vez, la multitud de la taberna de Roy intentó burlarse de él cuando sacó su libro junto al fuego; pero nunca más lo intentaron. Abner pertenecÃa a la iglesia militante y su Dios era un señor de la guerra. Es precisamente esta fuerza de carácter la que le permite enfrentarse a un asesino y evitar más pérdidas de vidas.
Abner es un personaje que tiene sus propias ideas sobre la justicia: «La ley no siempre es justicia… Creo que cada hombre sabe lo que es… El principio de la justicia serÃa que cada hombre siguiera la norma que Dios le da». Para él, la maldición del hombre era la ociosidad. «El trabajo y el libro de Dios salvarÃan al mundo. Eran dos alas con las que un hombre podÃa llevar su alma al cielo». Soltero, severo y silencioso, pensaba sus palabras con cuidado y luego hablaba con una voz profunda y clara. Dispuesto a condenar cuando es necesario, pero también podÃa ser generoso cuando tocaba.
Recientemente la editorial Siruela reúne en un solo volumen varios de los magnÃficos relatos del tÃo Abner. Un detective en Virginia. Los mejores casos del tÃo Abner muestra cómo surge ese primer detective deductivo, que hace que la palabra y la observación sea su principal arma y no el revolver que lleva al cinto.
Los relatos muestran esa sociedad norteamericana marcada por lo nuevo, en pleno proceso de expansión, en donde los territorios son tan amplios que apenas hay civilización y ley, por lo que es necesaria esa figura del tÃo Abner en la que las gentes pueden confiar, junto a su amigo y juez de paz Randolph. Davisson construye relatos breves en los que sin caer en el exceso descriptivo muestra justo lo necesario para entender ese principio de causa, nudo y desenlace que tan brillantemente realiza y ejecuta en una prosa efectiva y contundente en la que la elipsis va de la mano con la efectividad en la estructura narrativa, componiéndosela relatos breves cargados de sentimiento, justicia y problemas por resolver.
Abner es un detective del que han bebido muchos escritores contemporáneos, que hace de termómetro de la moral establecida de la época, en la que se encuentran asesinatos, robos, herencias, desapariciones y mucho más rodeado de la auténtica, práctica y directa prosa de Davisson Post.
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