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Blogs Fahrenheit 451 por Pablo Delgado

El diseñador cuyas manos leen libros

Manuel Estrada, diseñador de las cubiertas del libro de bolsillo de Alianza Editorial, reúne en un libro sobre libros parte de ese trabajo realizado a lo largo de más de una década

El diseñador cuyas manos leen libros
Pablo Delgado el

Todo aquel usuario y ávido lector que frecuente las librerías, de forma física acudiendo a ese lugar concreto, puede apreciar y sumergirse en ese gran griterío al que es sometido cuando traspasa su umbral. Unos gritos que vienen de todas esas partes en las que se encuentran las mesas y estanterías de la librería, en las que descansan mirando al techo las portadas de los libros recién llegados a su nuevo hogar.

Las portadas de los libros nos miran, nos gritan para llamar nuestra atención antes de que pasen unas semanas y caigan en la mordaza de la disposición de lomo. ¿Qué es esto? Pues que pasan de ser novedad a ser libro de fondo por lo que su posición ya no nos mira, sino que cambia para formar filas dentro de las estanterías siendo su encuentro algo menos fácil, por lo que el lector tiene que ir en su busca y captura, perdiendo el encuentro causal.

¿Y que hace que una portada sea atractiva o incluso pueda ser adquirido ese libro por la portada? Claramente el diseñador que ha elaborado dicha imagen. En ese océano de novedades es imprescindible una buena camisa de venta para que así el lector se sienta atraído, esto no quiere decir que los lectores se decidan para leer un libro por la portada, pero sí pueden llegar a decantarse por una edición de un mismo libro por su portada y claro está por la edición y acabados.

Una buena edición se puede echar a perder si no ha quedado bien resulta visualmente y una edición normal, de bolsillo puede realzarse por esa eficacia visual que la hace más atractiva. En esto Alianza Editorial y su colección de bolsillo son unos verdaderos expertos. Libros sin tapa dura, cubiertas sin plastificar, formato pequeño y manejable, bien encuadernados, con la tipografía muy legible y con precios económicos y si además le añadimos buenas portadas tenemos el resultado conseguido hace años con las portadas del aclamado Daniel Gil hasta hoy con el Premio Nacional de Diseño Manuel Estrada. Han hecho de esta colección (que no para de imprimirse) y que siempre está de actualidad, un valor de las letras en español y del diseño editorial nacional.

Como bien dice Estrada: «le encanta resolver problemas»; y eso se ve en un trabajo de gran calidad y sobre todo eficaz, en dónde con los mínimos elementos realza la expresividad de una cubierta de un libro. Los libros han sido y son parte de su gran trayectoria profesional ya que ha llegado ha desarrollar más de 500 cubiertas para Alianza Editorial. Cubiertas que se han convertido en míticas por continuar con un estilo y que gracias a Estrada no se ha perdido, el estilo Daniel Gil. Todo un canto a la creatividad de los objetos, que hacen que en un marco muy pequeño como es la portada de un libro, nos cuente una historia. La historia del libro que nos espera dentro y que está envuelta en unas cubiertas que a su vez dan cobijo a esas palabras ordenadas y con un sentido lógico que hacen de transmisoras. Pero dicho objeto o tipografía no nos revela todo, sino que matiza aquello que de verdad está dentro. Las portadas de Estrada son un susurro dentro del griterío editorial, identificables a primera vista en una mesa de novedades, que hacen envolverte en un halo de elegancia y presencia como canto de sirena, un canto a la creatividad y al buen diseño.

De esas 500 cubiertas unas 150 se encuentran recopiladas en un libro sobre libros, Leer libros, diseñar portadas (Alianza Editorial) un muestrario, de lo que el diseño puede aportar a la lectura. En la intensa entrevista que da título a este volumen, el escritor Juan Cruz que lo califica como «el diseñador cuyas manos leen libros», trata de poner a Manuel Estrada contra las cuerdas, arrancarle secretos, confidencias, certezas y nociones de diseño: «diseñar es avanzar en la niebla, solo ves lo que hay a dos metros. Por tanto, es una búsqueda constante. Avanzas hasta que das con lo que te sirve».

Pero todo vuelve a la imagen, a la lectura en imágenes y a la celebración de un encuentro afortunado: la simbiosis entre las portadas y las obras que las portadas cubren y ofrecen al lector, el milagro del viaje de un lenguaje a otro y un enriquecimiento mutuo. Algunas portadas van acompañadas de sus bocetos que precedieron a la imagen final junto con los comentarios de Estrada sobre esos mismos bocetos.

Una ocasión excepcional, si no se ha tenido ya, de acercarse al trabajo de uno de los diseñadores más reconocidos del diseño español actual. Un diseñador que deja su impronta del buen diseño, a través de las portadas de los libros que funcionan a modo de «puertas y ventanas que hacen más fáciles y agradables los recorridos por las mesas de novedades de las librerías y que ayudan a elegir y convertir los libros en objetos más hermosos y deseables», afirma Estrada.

Este libro es un imprescindible para y por el diseño, teniendo el lector al alcance de la mano y de la vista el dejarse llevar libremente en la conversión de las palabras en imágenes y viceversa, inspirando una lectura precedida de la obra que combina con una complicidad excepcional, que inspira y acerca, lo que las imágenes sugieren, comprobando así hasta qué punto se puede cumplir el paradigma no escrito de que la portada debe atraer al que aún no ha leído el libro.

Finalmente, cierra el volumen una amplia sección donde se reproducen portadas seleccionadas entre las que el diseñador considera más logradas y que también pudieron verse durante algunos meses en la exposición pasada organizada en la Biblioteca Provincial de Madrid Joaquín Leguina y que ha servido de punto de partida para este libro.

Leer libros, diseñar portadas // Manuel Estrada // Alianza Editorial // 2023 // 26,90 euros

 

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