Publicado en 2025, Distrito Pachanga. Crónicas de un partido sin balón (Libros del K.O.) de Ric Fernández (Santander, 1982), es un libro que fusiona la pasión por el fútbol con una profunda exploración de las realidades del mundo contemporáneo. El autor cántabro, forma parte desde 2019 del movimiento ‘No Name Kitchen’ para brindar ayuda humanitaria, primeros auxilios y protección legal en la ruta de los Balcanes y en algunos puntos del Mediterráneo.
Con este perfil, no es de extrañar que se embarcara en la aventura de escribir un libro que narra, a través de una serie de crónicas vibrantes, un viaje que trasciende las fronteras geográficas y culturales, convirtiendo un juego como el fútbol en el hilo conductor para conectar diversas experiencias y realidades humanas.
Uno de los aspectos más destacados de este libro es la diversidad de escenarios en los que se desarrolla la narrativa. Fernández nos lleva a jugar en los callejones de Hanói, donde el bullicio de la ciudad y la calidez de la comunidad se entrelazan con el sonido del balón al chocar contra el pavimento y la miseria que riegan sus calles. En espacios reducidos, el autor capta la esencia de un juego que es a la vez festivo, caótico y lleno de vida.
Sin embargo, a lo largo del libro, el autor se enfrenta en carne propia a situaciones extremas que ponen en jaque no solo su integridad física, sino también su perspectiva sobre el mundo. El secuestro en Líbano a manos de Hezbolá es uno de los momentos más tensos de la narrativa, donde la violencia y la incertidumbre contrastan dramáticamente con la alegría del juego. Este episodio invita a la reflexión sobre cómo el contexto político y social puede eclipsar las experiencias más simples y compartir la conexión que el deporte genera. La historia también incluye su loca huida de un campo invadido por tigres, un relato que desafía las convenciones del género y lleva al lector a un momento de alta tensión. Este inesperado giro pone de manifiesto la vulnerabilidad del ser humano ante lo salvaje y lo desconocido, y, al mismo tiempo, la perseverancia que surge en situaciones límite.
Avanzando capítulos, Fernández nos sumerge entre las sombras de un búnker en Bosnia, donde el eco de la guerra resuena en cada palabra y cada recuerdo. Aquí, el autor ahonda en las cicatrices que deja el conflicto en la memoria colectiva, revelando cómo el fútbol puede ser un faro de esperanza en medio de la destrucción. Este entorno hostil contrasta con la camaradería y la alegría que el juego brinda a quienes logran encontrarse en este contexto sombrío.
En su azaroso camino, también enfrenta la moral impuesta en regímenes autoritarios, donde los valores del deporte son sometidos a la manipulación política. Fernández nos invita a pensar en la importancia de entender y ejercer la libertad y en la necesidad de resistir ante las imposiciones que buscan silenciar el espíritu humano.
Por todo ello, Distrito Pachanga. Crónicas de un partido sin balón se puede describir como un crisol de historias que abordan la complejidad de vivir y jugar en un mundo desigual lleno de contrastes. A través de su prosa aguda y evocadora, Ric Fernández logra pintar un retrato contemporáneo donde el fútbol en su vertiente más humilde y de barrio, se erige no solo como un juego, sino como una forma de resistencia, una celebración de la vida y un medio de conexión entre culturas diversas, la crónica de un partido, a veces sin balón, que invita al lector a reflexionar sobre las interacciones humanas y las realidades de un mundo que, a menudo, se encuentra al borde del abismo.
